jueves, 25 de mayo de 2006

Uno De Tantos


Cuando me doy tiempo de entrar a la red y no lo hago pensando en sexo u otras fechorías, se me da por revisar o buscar datos de gente que me despierta un inquietante interés. Y bueno, aparte de que casi siempre tales búsquedas resultan algo infructuosas, otras veces sí dan buenos resultados, enterándome así de las últimas novedades de muchos de mis "imposibles galanes", ya sea en sus respectivas actividades labores o cualquier otra noticia que calme mi enorme curiosidad de saber en qué cosas andarán metidos por estos días (y si dichas nuevas resultan acompañadas de algunas deliciosas imágenes ilustrativas, pues mucho mejor). Sin embargo, no siempre esta experiencia resulta positiva y la mayoría de veces, luego de enterarme de estas novedades, una enorme frustración me embarga cada vez que me entero de alguna nueva noticia acerca de Roger.

Me explico. Sobre Roger -como diría Elmer Figueroa en una de sus conocidísimas canciones- "mi caso es el típico caso de amor imposible". Les comparto lo que nos une en común: ambos tenemos casi la misma edad, hemos estudiado la misma carrera en la misma universidad... aunque no al mismo tiempo. Y mientras estos últimos tres años yo me dedicaba a embelesarme en tipos tan buen mozos como él y maquinaba algún tipo de argucia o estratagema para buscar un acercamiento, él por su parte muy sencillamente optó por enamorarse, matrimoniarse y tener un hijo -todo esto en tiempo record- quien por estos días ya debe estas cumpliendo el año y medio.

Quizás más adelante me detenga en desmenuzar al detalle mi curiosa relación con Roger, pero en este momento quiero resaltar la idea de que, lamentablemente este codiciado galán se encuentra muy lejos de mí. Nunca fuimos amigos y en toda nuestra vida apenas habremos cruzado un par de palabras. No me sorprendería entonces, que en estos momentos Roger apenas me recuerde o tenga siquiera la más puta idea de que yo existo. Y aunque por ello no me encuentre jalándome de los pelos de la desesperación, sin embargo... el sólo hecho de recordarlo y verlo (ya sea en fotos o en imágenes que guarda mi memoria en circunstancias en que pude disfrutarlo personalmente) hace que hasta el día de hoy no pierda las esperanzas de que, tarde o temprano, el destino me regalará el inmenso placer de disfrutar de este apetitoso ejemplar una maravillosa noche de éstas.

Regresando de las ramas, decía hace un momento que hablar de Roger no siempre resulta del todo agradable. No me dedicaré a hablar explícitamente sobre él, puesto que, como he comentado anteriormente, no he tenido el gusto de haber compartido a su lado momento alguno. Ni siquiera nos han presentado o nos une algún nexo en común... salvo en mis lujuriosos pensamientos donde muy frecuentemente aparece, claro está. Pero, desafortunadamente, cada vez que leo o me entero de alguna nueva noticia suya, siempre me quedo pensando en la idea de cómo pudo haber sido alguna vez mi vida, si las circunstancias -obviamente- hubiesen resultado diferentes.

Roger en la actualidad trabaja en una importante empresa, y precisamente por motivos laborales -en lo que va del año- su trabajo lo ha obligado a viajar fuera del país en dos oportunidades. Y eso es algo positivo, lindo y naturalmente envidiable: que su correcto desempeño en el mundo laboral esté comenzando a rendir estos extraordinarios frutos y que ahora, se encuentre inmerso en estas muy interesantes comisiones de cubrir hechos o actividades que se celebran en el extranjero. No dudo pues, que la experiencia le habrá resultado muy gratificante y provechosa. Aunque desafortunadamente, su buena fortuna no me regocije del todo.

Al ver estos acontecimientos, cada día me convenzo más de que Roger es el vivo ejemplo de lo que pudo ser mi vida en algún momento. Como ya dije, él tiene casi la misma edad que yo, se encuentra felizmente casado, cuenta un trabajo que le rinde satisfacciones y -lo más significativo- tiene un hijo del cual se encuentra muy orgulloso y feliz. Y cuando noto que evidentemente, su vida no puede resultar más completa y que tal situación sería la envidia de muchos hombres que en estos momentos la están pasando negras con tantos problemas económicos que afrontar... imagino que, alguna vez pude manejar mi vida de la misma forma que él.

Hace ya muchas lunas atrás, me enamoré de una chica. Y buena parte de mi adolescencia concentré cuerpo y alma en la idea de que precisamente ella era la mujer de mi vida. Que sería la madre de mis hijos y que formaríamos una de las familias más armoniosas y felices de este mundo. Estaba fuertemente convencido de que así sería y que fuera de ello, era imposible ver las cosas de otra manera. Y por lo menos, hasta el último día en que me creí ese cuento heterosexual, no dudaba de que tarde o temprano, esta ilusión se convertiría en realidad.

Mas, volviendo a Roger... hace unos días por la radio oí esa vieja canción de Riccardo Del Turco, "Uno De Tantos". Y es que, cada vez que la escucho, se me viene a la mente la imagen de Roger: despertándose temprano para ir a trabajar, concentradísimo en su oficina revisando tediosos asuntillos buena parte del día, asfixiado en toneladas de tareas pendientes, con apenas poco tiempo para respirar, y recordando alentadoramente cada minuto la sonrisa de su dulce retoño, como un efectivo aliciente a continuar en su trabajo y no desfallecer en el camino, pues horas más tarde junto a su pequeño, le espera también una mujer que seguramente lo sigue amando tal como el primer día en que decidieron unir sus vidas.

Y es que, cuando lo veo (o imagino, mejor dicho) de esta forma, pienso en lo sencilla y encantadoramente feliz que pudo ser mi vida si las cosas hubiesen resultado de forma diferente a como son ahora. Creo que quien escribe, merecía como todo el mundo el derecho a ser feliz, tener alguien especial a quien amar, que me ame, que me ofrezca además la dicha de ser padre y formar una familia, ver a cada uno de mis hijos crecer, estar a su lado celebrando sus éxitos y apoyándolos cada momento que me necesiten.

Imaginar eso el día de hoy es algo imposible. Hace mucho tiempo renuncié a la idea de formar una familia y ser un "tipo convencional" más. Y mientras Roger disfruta cada día de las travesuras de su pequeño y no duda en aprovechar todos los invaluables momentos que disfruta junto a él y que seguramente entiende que jamás volverán... yo me encuentro escribiendo en este blog, redundando la mayoría de veces en postear sobre amores frustrados, obsesiones imposibles y alguna que otra tontería mas.

A pesar de ello, y si es que la antojadiza idea de los universos alternos o paralelos existieran, imagino que en alguno de ellos debo de encontrarme viviendo una vida muy feliz, orgulloso de haber sentado cabeza y formado una familia maravillosa, junto a mi dulce esposa y nuestros lindos críos. Contento de haber encontrado una mujer que me ame hasta el final de nuestros días. Embobado porque mi primer hijo varón ya ha dicho su primera palabra y me ha resultado mucho más listísimo y guapo que su despistado padre. Agradecidísimo a la vida por haberme dado el mejor regalo que un hombre como yo ha podido recibir en esta vida. Y quizás algo entusiasmado en volcar todas estas experiencias por internet, en una cosa llamada blog y que por falta de tiempo -al dedicárselo por completo a mi trabajo y familia- apenas he intentado descifrar de qué se trata.

En este tren que pongo en marcha a veces pienso
que voy de prisa envejeciendo.
Si estoy cansado esta noche, mi mujer comprenderá
que el sábado le puedo dedicar...

Era uno de tantos y qué,
si rico yo me sentí.
Ya vuelvo a casa y lo sé,
tú estás durmiendo felíz.
Si en tu soñar hay lugar para mí
al menos alguien yo soy para ti...

(Riccardo Del Turco - "Uno De Tantos")