sábado, 30 de setiembre de 2006

De La Ficción Al Mundo Real

Al entrañable Josega

Para nadie es una sorpresa el hecho que las llamadas series (dramas) o comedias (sit-comedies) son un formato televisivo que a través de diversos acontecimientos concebidos por sus propios creadores, buscan capturar el interés de un público cada vez más cautivo por las intrigas o desenlaces de tan ocurrentes programas, emitidos a montones por la inefable caja boba. Mas ¿se han dado cuenta, de que existen casos en que paradójicamente la vida misma pareciera empecinarse en emular a este formato cargado de ficción, que precisamente busca reflejar situaciones propias del mundo real en que vivimos?

Me explico. Más de una serie o comedia televisiva (puntualmente las norteamericanas) al momento de alcanzar un relativo éxito y popularidad entre el público, de pronto sufren forzosas transformaciones... y no precisamente por libre albedrío de alguno de sus cerebros creativos, sino más bien por necesidad. Sucede que al alcanzar este producto televisado cierta notoriedad, de pronto a alguna(s) de sus figuras protagonistas la fama se les sube a la cabeza, comportándose de manera peligrosamente frívola -ya sea para llamar la atención de sus fans, de los medios, o de los mismos productores para quienes trabajan-, con el único objetivo de elevar sus bonos y ser reconocidos como las estrellas absolutas que -según imaginan- han alcanzado ser. Claro que también hay otros miembros del elenco, que por circunstancias ajenas (llámese escándalos, complicaciones u otras crisis personales) se ven obligados a abandonar el programa, dejando un hondo vacío, muchas veces difícil de suplir.

Ejemplos de los que hago mención, hay de sobra. Ahí tenemos quizás uno de los más polémicos, el de Three's Company. Comedia que se distinguió por tener entre sus más exitosas temporadas, la participación co-protagonica de Suzanne Somers ("Chrissy Snow"). Desafortunadamente, luego de alcanzar súbitamente la tan ansiada fama y notoriedad, desacuerdos económicos entre la estrella y sus directivos la obligaron a rescindir de su contrato y abandonar el programa, tras miles de protestas y corazones destrozados de sus fans. Y para subsanar este impredecible impasse, los creativos guionistas de dicha serie, no tuvieron mejor idea que "justificar" la ausencia en pantallas de la blonda actriz, limitando en un comienzo sus participaciones a unos pocos minutos al final del programa (por un supuesto "viaje" que el personaje de Somers intempestivamente habría realizado para "atender a su madre enferma"), para finalmente dejar de mencionarse a la ocurrente Chrissie en pantallas, bajo cualquier circunstancia... dando paso a una "prima" ("Cindy Snow", interpretado por Jenilee Harrison) que precisamente llegó a la ciudad para ¡oh sorpresa!, ocupar el vacío que había dejado la irremplazable caracterización que catapultó al estrellato a la carismática Suzanne.

Otro ejemplo, quizás no tan grato, es el de la recordada Dana Plato ("Kimberly Drummond") en Diff'rent Strokes. La popularidad de dicha serie fue tan alta, que todos los miembros jóvenes del elenco cayeron bajo la vorágine de fama, siendo quizás la bella Dana, la menos afortunada de todos. La dulce Kimberly, tan aplicada, tan noble, tan hermosa e inocente, se encontraba en la vida real sumida bajo los terribles efectos del estrellato, al punto que desordenes sentimentales afectaron seriamente su trabajo: un buen día sorprendió a todos en el plató con la noticia de que estaba embarazada. Menudo problema en que se encontraba, pues su contrato no contemplaba en absoluto una circunstancia como ésa, muy aparte de que en aquel momento resultaba imposible presentar en pantallas a la adolescente, tierna y responsable Kimberly... ¡gestando! Los guionistas del programa no se hicieron rollos, sencillamente inventaron para el personaje de la Plato un viaje a Francia (sin fecha de retorno) hasta que las cosas se calmaran un poco. Obviamente, Dana fue separada de la serie y pasó mucho tiempo para que volviera a ser readmitida, mas ya no bajo su rol co-protagónico, sino como eventual estrella invitada. Mientras tanto, lejos ya de las luces de los reflectores y ante la situación de encontrarse tan repentinamente como una desempleada más, a la infortunada actriz no se le ocurrió idea más nefasta que dedicarse a realizar filmes pornos de ínfima categoría (noticia que resultó la comidilla de la prensa de aquel entonces). Finalmente, la vida de Dana se apagó misteriosamente hace unos cuantos años, debido a los excesos de drogas en los que había caído.

Un ejemplo menos dramático, pero tan maldito como los anteriores, es el que merece comentarse acerca de una de mis actrices favoritas: Shannen Doherty, quien será recordada hasta el final de sus días como "Brenda Walsh", de la serie Beverly Hills 90210. Mientras que en pantallas, la azarosa vida sentimental de la simpática Brenda era seguida e imitada por miles de televidentes (bajo la adolescente moraleja de rigor) y la popularidad del programa iba cada vez en aumento, se dice que tras bambalinas la Doherty hacía la vida de cuadritos a muchos compañeros de elenco. Y durante los últimos años de su participación en el programa, no había mes en el que la estrella no estuviera involucrada en algún escándalo: riñas en discotecas u otros lugares públicos, ataques a periodistas y paparazzis con los que se topaba por doquier, problemas con sus coyunturales parejas sentimentales que rayaban incluso en agresiones físicas... Y ni decir que todo ello repercutió en su desempeño televisivo, pues los demás miembros del programa se quejaban por sus tardanzas e incumplimientos a la hora de grabar, retrasando no sólo la labor de sus compañeros de elenco, sino además de quienes trabajaban detrás de cámaras.

Spelling Entertainment se hartó de tantos problemas que esta "chica mala" les causaba y optaron por lo más fácil, separarla de la serie con una "salida creativa" casi perfecta: un viaje a Londres en donde Brenda habría de perfeccionar las dotes histriónicas que había descubierto ¡oh sorpresa! durante los últimos episodios en los que participó.
Y la nueva temporada en la que se prescindió de los servicios de Shannen, sorprendió a todos con la aparición de "Valery Malone" (interpretado por Tiffani-Amber Thiessen), hija de una familia amiga de los Walsh (padres de Brenda), cuyo padre víctima de las terribles deudas financieras por las que atravesaba, decide poner punto final a su existencia de manera trágica. ¿Resultado? La "prima" Val voló hasta la ciudad de los "generosos" Walsh a vivir con ellos por tiempo indefinido. Y como sarcástica guasa del destino (o de los guionistas creativos, en este caso), la nueva huésped terminó ocupando la habitación de la alejada Brenda, vistiendo sus mismas ropas, luciendo a veces hasta sus mismos peinados... y hasta flirteando con el mismísimo ex-novio de la engreída de los Walsh (irremplazable la dupla Shannen Doherty/Luke Perry, química que por más cambios forzosos que sufrió el programa desde aquel momento, jamás se volvería a repetir). Claro que Valery no se comparaba para nada con Brenda. Mientras que por un lado el personaje de la inigualable Shannen era algo conflictivo, con problemas y complicaciones como todo el mundo, ofrecía siempre un toque positivo que destacar: un buen corazón, con altas dosis de generosidad y responsabilidad (algo sarcástico, si tomamos en cuenta la no tan buena reputación que la Doherty había ganado en los tabloides durante los últimos años); por otro lado el personaje de Tiffany era todo lo contrario: egoísta, malvada, ambiciosa, interesada, adicta... una bitch en todo el sentido de la palabra (por cierto, algunos mordaces imaginan que tal papel fue inspirado en la conducta de Shannen, tal cual era en la vida real). Sin embargo, por más malditisimo que quisieron imprimir a aquella nueva caracterización que pretendía suplir el vacío de Brenda Walsh, pienso a título personal que el nivel del programa decayó terriblemente, al punto que dejó de concitarme interés desde ese momento y hasta el día de hoy ni sé cómo diablos acabaron dicha serie (sé que Thiessen continuó en el programa un tiempo más, pero luego de unos años también lo abandonó).

[Dato curioso #1: En el doblaje al español transmitido en Latinoamérica -hecho en México- a Valery Malone se le considera "prima" de Brenda, como si existiese una relación consanguínea entre ambas. Sin embargo en los diálogos originales sólo se menciona que la única relación existente entre la familia Malone y los Walsh era únicamente de una amistad cercana.]

Sin embargo, a pesar de todos los problemas por los que atravesó Shannen Doherty anteriormente, el mismísimo Aaron Spelling le otorgó una segunda oportunidad, al participar años después, de un nuevo proyecto llamado Charmed
(tres hermanas brujas que viven en pleno siglo XXI, combatiendo a demonios y otras fuerzas del mal, siempre ayudando a otros seres humanos). Mas, la mala racha (¿o mala costumbre?) persiguió a la actriz y luego de unos años, se vio obligada nuevamente a abandonar el programa (se dice, por las mismas razones de indisciplina y conflictos de egos al disputar más protagonismo respecto a sus demás compañeras de la serie). Claro que la forma en que optaron por "desaparecer" a su personaje ("Prue Halliwell") fue de lo más polémica. Los fans más acérrimos podrían dar fe de ello, pues según se afirma, la "muerte" que le inventaron a la más inolvidable de estas brujas, cae en muchísimas contradicciones, si tomamos en cuenta las facultades y poderes que su personaje decía poseer. Pero eso, a la hora de desaparecer a un actor o una actriz de una serie, es lo de menos. Y si hay una muerte definitiva que libre a los productores de volver a trabajar con una estrella problemática, pues mejor. Una pena en todo caso, por los fans de Shannen, quienes vemos de forma cada vez más esporádica, su presencia en nuestras pantallas.

[Dato curioso #2: No deja de extrañar el apellido utilizado para el personaje de "Prue". El mismo que en la vida real dispone otra no menos famosa artista:
Geri Halliwell, conocidísima y controvertida ex-Spice Girl, que dejó a sus demás compañeras con los crespos hechos tras abandonar el lucrativo proyecto musical que las llevó a la fama. Según los fans, "Ginger Spice" era el alma del grupo, la imagen... ¡el todo! A tal punto que, tras su retirada y al no hallar algún idóneo "reemplazo", la carrera musical de las otrora "chicas picantes" comenzaría a desmoronarse. Pero esta historia es otro "cantar".]


* * *



Cuando a los televidentes se nos sorprende con que, de la noche a la mañana uno de los personajes de nuestra serie favorita ya no aparecerá más en pantallas, muchos de nosotros prestamos especial atención al "recurso" o salida que se utiliza para justificar dicho alejamiento y que -por lo menos- dicha ficticia eventualidad resulte medianamente convincente. Hay casos en que, cuando la estrella que interpreta determinado papel decide -en buenos términos- ya no hacerlo más, se opta retirarlo de la trama con todos los honores que se merece. Entonces su personaje tiene la suerte de despedirse de todo el mundo, aún semanas (incluso meses) antes del definitivo adiós. Sobre esos previsibles casos, hay poco o nada que agregar.

Mas cuando la despedida es intempestiva (como los polémicos casos de Suzanne Sommers, Dana Plato o Shannen Doherty), los guionistas no le dan muchas vueltas al asunto, justificando en la ficción una salida de apenas dos líneas. Y poco importa si dicha excusa resulta lo suficientemente válida para ser tomada en cuenta como verosímil: un viaje a Paris, Londres, o a cualquier otro lugar del mundo... por la razón más absurda, humanitaria o ambiciosa que sea. Bastó sencillamente que esa "idea loca" se cruzara por la cabeza de nuestro "héroe" (o "heroína"), para que de pronto y de la noche a la mañana, éste decida abandonar todo y hacer su vida lejos de aquellas personas con las cuales disfrutó de incontables momentos de alegría, tristeza, esperanza, decepción... y tantas otras experiencias más.

Un personaje, ahora ausente. Pero que antaño fue considerado un pilar fundamental de la historia que nos compartía semana tras semana. Personaje entrañable, absoluto, firme e inamovible, que de pronto decide decirnos adiós, sin más ni más. Bajo un pretexto que nos puede sonar a la excusa más estúpida que pudo habérsele ocurrido a algún aprendiz de guionista, pero que sin otra alternativa debemos de "aceptar", para terminar de comprender que aquella persona que veíamos en pantallas y cuya presencia iluminaba aún más nuestro programa favorito, no volverá a aparecer. Probablemente ya nunca más.

Resulta pues paradójico que en el mundo real en que vivimos, de pronto nos encontremos en una situación parecida (por no decir escandalosamente idéntica). ¿No les parece que por momentos, nuestras propias vidas comienzan a tornarse tan similares a estas historias televisadas? A algunos quizás les ajuste mejor el formato de comedia, a otros tantos les parecerá que viven una telenovela. Pero a la gran mayoría imagino que nos calza perfectamente el drama como "género" de nuestra propia existencia. Con actores y actrices principales, secundarios, extras, apariciones especiales, en fin. Y sobre todo, con personajes que en determinado momento consideramos como fijos e irreemplazables, que imaginamos nos acompañarían por siempre (o casi siempre) hasta el final de nuestra "historia".

Sin embargo, la gran "superproducción" de nuestras vidas, tampoco escapa de salvar contratiempos. Y como toda serie, varias veces se ve en la penosa necesidad de prescindir de algunos "personajes" con los cuales compartimos de incomparables momentos. De aquellos que en muchas ocasiones consideramos como figuras sólidas, importantes, casi protagónicas, pero que desafortunadamente con o sin nuestro consentimiento, igual nos dicen adiós. Muchas veces de forma intempestiva, inexplicable e insospechada. O lo que es peor, deciden alejarse de nuestro "programa" en el preciso momento en que los considerábamos más compenetrados que nunca. Y desafortunadamente a diferencia de la ficción, en el mundo real no tenemos la potestad de exigir a "guionista creativo" alguno de inventarnos un final lo medianamente digno y verosímil para despedir como se merece al entrañable "co-protagonista" que acompañó buena parte de nuestras vivencias.

Y tal como sucede en televisión, cuando se decide desaparecer a un determinado personaje, cuyo intérprete viene causando más de un dolor de cabeza a sus directivos y se decide por inventarle una disparatada y poco imaginativa salida, pues en la vida real también encontramos que muchas de nuestras "inamovibles" estrellas también deciden alejarse de nuestro "elenco" de forma tan torpe como inexplicable. ¡Tal cual se le hubiese ocurrido al guionista menos iluminado del planeta!



* * *



Debo confesar que siempre sentí una especial predilección por la parejita Brenda Walsh/Dylan McKay. Y es que, muy aparte de que sus respectivos intérpretes derrochaban en la ficción un encanto muy bien conjugado (valgan verdades, hacían muy buena pareja en pantallas), sus personajes enfrentaban además dificultades por las que atraviesan la mayoría de parejas en el mundo real. Dificultades y conflictos que muchas veces surgían de ellos mismos y que pocas parejas hubiesen podido salvar. Quienes han visto 90210, podrán hacerse una idea de lo que me refiero: discusiones, peleas, despedidas (algunas de ellas bajo el amenazante rótulo de "definitivas"), separaciones (con la obligada aparición de un tercero -o tercera- dispuesto a vulnerar cualquier vínculo sentimental de la parejita en cuestión) y otros interminables etcéteras que omito para no extenderme más. E ignoro si quienes concibieron los entretelones entre Brenda y Dylan, lo hicieron con el propósito de alargar la historia y sacarle provecho al máximo, pero lo cierto es que el producto les resultó de lo más verosímil y auténtico.

Y es que una relación de pareja en el mundo real, no es precisamente un lecho de rosas. No consiste solamente en paseos en la playa, saliditas de la mano, besitos y abrazos frente los amigos, ni otras cursilerías de ésas. Todo ello es parte de una demostración de afecto, pero obviamente no lo es todo. Yo no amo más a un hombre o a una mujer sólo por tenerla más tiempo de la mano durante los días en que nos vemos. Mucho menos por la cantidad de veces que hacemos el amor, o por los regalos que doy, ni por las atenciones que recibo. Una relación de pareja basa su fortaleza precisamente en todas las dificultades que enfrenta y que supera con éxito. También basa su solidez en reconocer que en todo momento -sea éste bueno o malo- esa otra persona que amas no te olvida, muy a pesar de que a lo mejor hayan existido circunstancias fuertes por las cuales ahora te encuentres separado -o separada- de ella. Conviene también analizar que durante todo el tiempo que han estado juntos y luego de haber atravesado mil y un peripecias, ambos concuerden en que aquello que todavía los sigue uniendo, sigue fuerte e indisoluble como el primer día. Por más discusiones, rupturas temporales, algún atisbo de infidelidad por ahí -ojo, hablo en singular-, o el hecho incluso de haber intentado salir con otras personas durante estos delicados momentos de separación; las acciones hablan por sí solas, aceptando que él (o ella) sigue en tu corazón y efectivamente, nunca dejó de estar allí.

Y tal como sucede en la realidad, con tantos ingredientes que a los guionistas se les ocurrió aderezar el romance entre Brenda y Dylan (de aproximadamente cuatro ininterrumpidos años de duración), pues el resultado les quedó súper convincente. Y estoy seguro que la gran mayoría de televidentes -me incluyo- hubiesen preferido que al final, la parejita en cuestión acabara este idilio rumbo al altar. Sin embargo, los conflictos laborales anteriormente mencionados, impidieron seguir exponiendo -y explotando- más tópicos de esta compleja e interesante relación. El alejamiento de Doherty del programa devino a que Brenda y Dylan debían de separarse por última vez, tras la discutible decisión de ella de seguir sus estudios de teatro en Londres "sólo" por unos cuantos meses (que al final resultó siendo permanente). Paradójico resulta entonces que, tras mil y un dificultades por los que atravesó esta tormentosa relación, de pronto deba culminarse por un pretexto tan tonto como jalado de los pelos que... lamentablemente parecía salido del mismísimo mundo real. ¿O es que acaso un viaje a un destino tan lejano no llegó a arruinarnos el pastel siquiera una vez en la vida?

Lamentablemente en este caso, al guionista no había otra que... a regañadientes, darle la razón.



* * *


Sobre los reemplazos de los que hace recurso la televisión para ocupar el vacío de algunas figuras no hay mucho que decir. Hasta el momento, los que he visto no me convencen del todo. ¿Podía reemplazar una Tiffani-Amber Thiessen o una Rose Jane McGowan a Shannen Doherty? ¿O una desconocida Jenilee Harrison a Suzanne Somers? ¿O un anónimo crío llamado Danny Cooksey a una bellísima Dana Plato? ¿O tantos otros ejemplos más que muchos de ustedes conocerán mejor que yo? Según el mundo de la caja boba, pues tiene que ser así. Ha de mostrarse lo que vende, lo que resulte marketeramente óptimo, lo que borre a como dé lugar la imagen, el carisma, la esencia de aquel personaje anterior con el cual ya no se podrá contar más. Y afortunadamente por ese lado, el mundo real es más flexible; no nos impone a alguien que necesariamente tenga que ocupar (y borrar) el lugar de aquel otro "personaje" que nos acompañó por tanto tiempo y que hoy por hoy seguimos extrañando, quizás subrepticiamente. En el mundo real no se nos obliga a callar el nombre de aquella persona que probablemente ya no volveremos a ver más. Podemos mencionarla, recordarla, mirar su fotografía, extrañarla, imaginar qué estará haciendo en este preciso momento. Y sobre todo, guardar la secreta esperanza de que nuestra entrañable "estrella", tarde o temprano regresará a nuestro lado.

La última escena entre Brenda y Dylan me parece sinceramente genial. Quizás la perfilaron con la intención de que en algún momento Shannen Doherty volvería al programa -probablemente a mediano plazo-, o quizás fue sólo una feliz coincidencia. Lo cierto es que, aquel último acto resume en pocos minutos lo que efectivamente habría de significar esta historia de amor, nefastamente interrumpida por rencillas ajenas a la ficción. En ella, se ve a Brenda visitando a Dylan por última vez, para declararle muy honestamente que nunca dejó de amarlo y que jamás dejará de hacerlo, como una suerte de advertencia ante el inminente viaje que amenaza separarlos una vez más. "No me iré para siempre... dame algo para regresar" agrega ella, y acto seguido lo ciñe ansiosamente entre sus brazos, culminando el momento en un apasionado beso que sugiere consumarse en algo más, mientras la toma de esta escena se eleva lentamente sobre los amantes, hasta perderse en el vacío del aposento donde se encuentran.


Una despedida que no parece tal. Una escena que sugiere un pequeño escollo no tan difícil de superar esta vez. Un adiós sin la más mínima sospecha de que tal vez resulte el último. Un encuentro final, quizás el definitivo. O tan sólo el insospechado preámbulo de tiempos difíciles e inimaginables por venir. Tal y como suele ocurrir en nuestro paradójico, incomprensible y desconcertante mundo real.


* * *


Permitiéndome la ligereza, concluyo de esta forma. Si mi relación con Diego fuese llevada a las pantallas de televisión y que por motivos -obviamente- ajenos a mi voluntad tuviese que ponerle fin, me gustaría agregarle algunos detalles. Como por ejemplo, inventarle a "Diego" (el personaje) un motivo mucho más noble (que el presentado en el mundo real) que lo obligara a separarse -por tiempo indeterminado- del inseparable cómplice que lo acompañó durante estos últimos cuatro años. Quizá un viaje por razones de estudios o familiares, alguna beca universitaria o una oportunidad de trabajo en el extranjero quedaría mucho mejor como circunstancia para justificar el exabrupto final entre "Mauricio Ponticel" y "Diego Mardones" (cuyo "actor" intérprete precipitaría su salida de la "serie", alegando sentirse bastante incómodo al encarnar a un personaje de comportamiento inicialmente ambiguo, pero cuya marcada tendencia gay -especially during his final season- motivaría un descontento que le forzaba a no continuar en el programa). Con un último episodio de temporada (que convenientemente titularía "Sin Restricciones") en donde "Diego" tendría participación. Y una última escena junto a "Mauricio" que definitivamente resultaría tan insospechada como inimaginable. Sin un adiós de por medio o circunstancia alguna que sugiera que muy probablemente ya no volverían a encontrarse más. Con un diálogo final tan implícitamente explícito, que resuma en unas cuantas palabras y momentos, lo vivido juntos desde el comienzo hasta ese presunto final. Con una certeza y seguridad que haría pensar que dicha separación sería cuestión de horas, días... semanas a lo mucho. Y sin la más leve sombra que apunte de aquel romántico momento un último encuentro (quizás final) entre ellos dos.

El guión de mis vivencias, desafortunadamente aún no lo termino de leer. Mucho menos tengo idea de cómo acabará la historia entre "Diego" y "Mauricio". De lo contrario, quizás me sentiría más tranquilo y con la convicción de ver las cosas de un modo sosegadamente diferente. Mas, si existiese un Guionista Supremo o un Aaron Spelling que supervise el teje y maneje de esta historia, me gustaría sugerirle que si ha de desechar un personaje tan entrañable como "Diego" de la "serie" en la que me encuentro inmerso, pues ojalá que se decida pronto por un reemplazo interesante. Ni tan puto como Rose Jane McGowan versión gay (¡puaj!), ni tan disparatado como un clon o un "Diego II" pululando por ahí. Y si se me diese la facultad de poder elegir al nuevo responsable de mis desvaríos, definitivamente escogería a un cuerototote tipo Matt Destruction (de The Hives), o de porte similar al inabordable (e inalcanzable) Roger. O bueno ya, como última chance -pero no menos importante- que sea como el precioso ejemplar cuya foto me alcanzaron hace unos días y que les comparto a continuación.

Total, quien pide al cielo y pide poco...

miércoles, 20 de setiembre de 2006

After Shave


Habían pasado poco más de dos semanas desde aquella noche que vi a Diego en aquel gimnasio. Y esa misma tarde en que nuevamente nos volveríamos a encontrar, me sentía realmente furioso. Eran poco más de las 3.30 de la tarde cuando por segunda vez y en menos de 15 minutos, regresaba con dirección hacia su casa. Pude divisarlo desde una prudente distancia al pie de su puerta, con la mirada perdida, tratando de encontrar algo que seguramente le diese algún indicio sobre mí. Y al advertir por fin mi presencia, intentó recibirme ensayando una sonrisa en su aún somnoliento rostro.

- Hola.
- Hola. -contesté ásperamente.
- Oye, disculpa ¿sí? Te juro que no fue mi intención que pasara esto. Anoche me quedé estudiando toda la madrugada para mi clase de hoy, y cuando llegué hace un par de horas a mi casa, me ganó el cansancio... -decía él con voz amodorrada, mientras frotaba su rostro con las manos.
- Huevón, te pasaste... Te llamé temprano para recordarte que hoy pasaría por ti a las tres y me dijiste que normal. Y cuando vengo acá, me quedo tocando la puerta, el timbre, las ventanas... haciendo un escándalo del carajo. ¡Y nadie me atendía! Hasta el guachimán del frente y todos tus vecinos se han ganado que he estado haciendo tremenda bulla para que me atiendan... y nadie contestaba. Incluso me dije, "a este huevón le ha pasado algo..."
- Sí, lo sé... Sorry ¿sí?
- ¡Y nadie! ¡Nadie contestaba! ¡¿Acaso no hay alguien en tu casa para que atienda la puerta... o qué?!
- Seeeh... está la empleada. Pero ahora ella está en la tercera planta, en la terraza. Y desde allí no se puede escuchar nada...
- Pero huevón, tú sabías que yo iba a llegar a las tres a tu casa. Tres treinta, más tardar...
- Ajá. Pero ya te dije...
- ... Y he tenido que irme de acá, al ver que nadie ha salido a atenderme... a buscar un teléfono en la bodega más cercana, que de cercana no tiene nada porque está como a tres cuadras a la espalda, para llamarte al cel... sino, igual seguías durmiendo.
- Ya muchacho, te dije que lo siento... me quedé dormido y no fue mi intención que gastaras tu luca de más en llamarme... ¿Pasas?

Inmediatamente abrió la pequeña reja que daba acceso a la puerta principal de su casa e ingresamos hasta la sala misma, agradable estancia que siempre me gustó por encontrarse adecuadamente arreglada durante todas las ocasiones en que la visité. Acto seguido, nos ubicamos en dos sofás contiguos.

- Pucha hermano, en verdad disculpa. Sé que estás molesto por lo que pasó, pero ya te dije, anoche me quedé estudiando para una práctica que di hoy en la facultad. Si supieras todo lo que tenido que leer en la madrugada para poder dar mi nota... -contaba él, aún entre bostezos.
- Diego, no estoy molesto porque hayas tenido un día ocupado. Es más, yo te llamé temprano en la mañana, preguntándote si estaba bien en buscarte hoy a esta hora. Tú me dijiste que no había problema, por eso vine sin ningún cargo de conciencia en pasar por ti a las tres, puntual. Si me hubieses comentado que tenías algo que hacer, pues lo hubiésemos cambiado para otro día...
- No hermano, está bien... para hoy no tengo ningún problema. Es sólo que pasó esto y me quedé jato. El cansancio me ganó.
- Pero si sabías que yo iba a venir a esta hora y si tan cansado estabas, pues al menos debiste quedarte descansando acá, en la sala.
- Bueno, lo que pasa es que las cosas por aquí están de patas arriba, no están nada tranquilas. Y con tanto ajetreo por acá, mi viejita se quedó descansando en su cuarto y yo me quedé recostado con ella, al lado en su cama...

¡Putamadre! De sólo imaginar tal escena, me pregunté ¿No es él un encanto?

- Bueno, ya. Está bien. Total, ya estamos acá ¿no? -comenté menos enfadado.

A pesar de que Diego confirmaba la presencia de más personas en casa, un silencio absolutamente envidiable parecía demostrarnos lo contrario. Y aproveché unos instantes para observarlo más detenidamente. Vestía un polo blanco, de mangas cortas y largo. Lo suficiente y desafortunadamente largo como para no revelar la viril turgencia situada entre los bolsillos de aquel pantalón de buzo color celeste que llevaba puesto. Calzaba además en sus pies desnudos, unas gastadas sandalias.

- Ah, me olvidaba... -comentó e inmediatamente se puso de pie.

Como obedeciendo una orden hipnótica y previendo lo que iba a suceder, instintivamente hice lo mismo.

- Ven para acá hermano... -susurraba, mientras sus brazos me rodeaban vigorosamente, haciéndome sentir además la piel de su rostro en parte de mi mejilla. Advertí entonces la escena reflejada en un espejo situado detrás nuestro. Y como poquísimas veces, esta vez me atreví a frotar dócilmente su esponjosa y amplia espalda. ¿Habrá notado acaso, que durante esos cortos segundos, su estimulante gesto me había provocado -como en tantas otras veces- cierta "dureza" escondida en mi pantalón? Respuesta que hasta la fecha, solo él puede contestar con seguridad.

Cuando todo acabó y nuevamente volvimos a nuestros asientos, Diego comenzó a comentarme en su acostumbrado y desordenado estilo, lo que había estado ocurriéndole estos últimos días.

- Las clases de verano han comenzado fuerte en la universidad. No he tenido tiempo de nada casi... ni siquiera para llamarte y ver si podíamos volver a vernos... pensé que podría darme un tiempo para hacer lo que teníamos planeado la última vez... ¿recuerdas cuando quedamos para ir al cine? Pues eso tendrá que esperar unos días más... que se arreglen unas cosas acá en la casa primero, que como te dije, andan de patas arriba... espero que entiendas...

Lo observaba detenidamente. Sus ojitos, tras esas gafas de siempre, aún con el rostro algo cansado. Su ondeado cabello, completamente desordenado luego de salir disparado de la cama, sólo para recibirme una vez más. Poco me importaba entonces que nuevamente, sus promesas para volver a salir juntos a cualquier otro sitio -muy aparte de nuestros acostumbrados paseos- quedasen como casi siempre, en buenas intenciones.

- El punto es, que cuando me desocupe algo de esta huevada de clases y si hay tiempo, uno de estos días quedamos y nos vamos al cine como planeamos. Y para cuando todo esto acabe por fin, ya a mediados de febrero, pues ojalá que salga también lo de la playa...

Asentí con la cabeza. Sabía muy bien que en el caso de Diego, muchas de sus promesas eran palabras arrojadas al viento. Me conformé entonces con la idea de que por lo menos, existía un deseo por parte suya de que volviésemos a pasar un buen rato juntos, ya sea en el cine, en la playa o en cualquier otro lugar. Lo importante en todo caso era de que, de alguna forma, sentía que Diego me "pertenecía". Y lo más maravilloso, que todo era por libre albedrío. Sin haber forzado para nada a que las cosas resultaran así. ¿Podía sentirme entonces con derecho a exigirle aún más?

- Ok. Entonces cuando tengas más tiempo, normal. Me pasas la voz y ya vemos qué se hace, lo sabes...
- Claro broder, más bien disculpa por lo que te hice pasar hace un rato... cuando te vi llegar se te veía bien serio, la verdad que me asustaste bastante...
- Ja ja ja... estaba un poco asado, es cierto. Pero no tanto... además ¿qué se supone que te iba a hacer? ¿pegarte o algo así?
- Ja ja ja ja...

Reímos por la ocurrencia. Definitivamente la tensión de hace unos minutos se había esfumado. Me encantaba verlo reír así, tan libre, tan feliz. Y sobre todo, ser yo el responsable de notarlo muy radiante, con esa sonrisa suya tan característica, de oreja a oreja. Si mi relación con Diego alguna vez alcanzó la gloria, éste era precisamente uno de esos momentos.

- Y ahora que estás con el tiempo más apretado ¿cómo haces para seguir yendo al gimnasio? -pregunté.
- Ya no voy. El tiempo no me alcanza. Y con las cosas que están pasado en casa, la verdad que no he tenido cabeza para volver por allá...
- Pucha, qué pena...

Diego seguía charlándome de otras cosas relativas al agitado ritmo que llevaba por esos días. Su familia, sus estudios, su rutina, su hartazgo. Y yo, como fiel confidente, atinaba a oírlo muy atento mientras visualmente devoraba cada centímetro de su estimulante superficie. Su enrevesado y limitado cabello, la copiosa y áspera textura de su mentón y mejillas aún sin afeitar, su grueso abdomen lamentablemente escondido tras aquella delgada prenda que llevaba puesta, su blancos y velludos brazos que... ¡Un momento! ¡Qué miérrrrrrrrrrrrrrrr...coles había pasado?

- ¡Oye! ¡Qué te pasó en los brazos? -le increpé alterado, señalándolos.
- ¡Ahhhhh! Eeeeeeeso... Me los afeité.
- ¡¡¡¡¿¿¿¿QUE TE LOS... AFEITASTE????!!!!
- Ajá. Si. ¿Por qué...? ¿Hice algo malo...? -preguntó temeroso ante mi evidente iracundia.
- Putamadre.... este huevón...

Me sentí devastado. ¡¿Cómo un oso tan delicioso como él, había decidido cometer semejante crimen de RASURAR sus velludos brazos?! ¡¿En qué cabeza, Dios mío...?! ¡¿Cómo chucha podía habérsele ocurrido tremenda insensatez? Me dolía ver en ese momento sus preciosos brazos, antaño viriles, lleno de deliciosos y copiosos vellos en su blanca piel... hoy sonrosada y aún irritada por tal vejamen a su apariencia.

- Estaba harto de esos pelos. Y con este calor, sólo me sofocaban más. Así que hace un par de días agarré el afeitador y me los bajé... je je je...

Mis ojos aún no podían creer lo que estaban viendo. Y la consternación por la que estaba pasando aquel momento, debió de ser tan notoria que Diego mismo trató de romper el silencio que había provocado su inefable conducta.

- Ya hombre... no es para tanto... además, ni que me hubiera depilado permanentemente...

¿Cómo podía decir tan fácilmente que LA CAGADA que había hecho NO ERA LA GRAN COSA? Era un terrible atentado contra todo, contra mí. Era algo tan anormal, tan contranatura... Una tremenda estupidez producto de una demencia temporal seguramente (y ojo, lo digo en serio). Ahora, los riquísimos brazos de Diego sin sus excitantes vellos, se veían inertes, como mutilados, sin vida. Sin ese delicioso encanto que deleitaba mis sentidos cada vez que lo tenía frente a mí. Ahora esos brazos, antaño lanudos y viriles, hoy se veían como los de un "delicadito" más.

- No fue tan fácil la cosa, tuve que rasurarme no sólo brazos, sino también piernas, pecho, estómago...

¡Mierda! No quería seguir oyendo grandísima e infame crueldad. Un oso delicioso... completamente rasurado. Me dieron ganas de gritarle allí mismo, sin importarme si me escuchaban o no su mamá, su empleada o quien fuere que estuviese en su casa aquel momento.

- Puta, Diego... -respondí, tratando de bajar la voz lo más que pudiese evitar- Lo que has hecho... es bien... bien...
- Bien que...

"Bien hijo de puta", pensé instintivamente.

- ¡Que se te ve bien GAY, eso es lo que pasa...! -le solté.
- Ja ja ja... tampoco es para tanto, ah.

Quería sacarle la mierda allí mismo por semejante insolencia. Aún no podía creer que pudiera ser capaz de haber perpetrado "eso".

- Hubieras visto la inmensa ruma inmensa de pelos que me saqué. Pelos y pelos esparcidos por todo el piso de mi cuarto. Supieras que jode ser tan velludo a veces...

Con una mano cubriendo mi boca y aún bajo un gesto de incredulidad, apenas se me ocurrió soltar un comentario más.

- Sólo te faltaron los sobacos, seguramente...
- Ehhhhh... je je je... sep, también me los rasuré. -asintió sonriendo, no sin cierto pudor.

¡Putamadre! Lo que tenía al frente mío aquella tarde no era Diego. Era una queer.


* * *



Minutos más tarde, Diego regresaba a la sala donde nos encontrábamos. Traía algo entre manos.

- Acá están tus fotos. También traje las que nos tomamos en Larcomar para que las veas...

Mi álbum de fotos. No lo veía desde la última vez en que se lo entregué a Diego, aquella tarde post-navideña.

- Perate, perate... déjame ver primero cómo salieron tus fotos de Larcomar...

Observé cada una de aquellas imágenes. La mayoría de ellas mostraban a Diego, al lado únicamente de los adornos navideños que los negocios del lugar acostumbran colocar por estas fiestas. Y tres o cuatro fotos más en las que figuraba quien escribe, ya sea al lado suyo, o sin compañía.

- Me gusta esta foto tuya... por mí fuera, me la llevaría.
- Noooo, ahí salgo muy gordo, ésta está mejor...

Como siempre, las fotos en las que más guapo me parecía lucir él, no eran las mismas que a Diego le agradaban. Y viceversa.

- Más bien, respecto a tus fotos, me tomé el trabajo de intercambiarte algunas en las que salgo yo, por algunas mías en las que sales tú...
- ¿Cómo? -pregunté sorprendido.

Era cierto. Inmediatamente revisé mi álbum de fotos y noté que varias de ellas en las que salía Diego (más precioso que nunca), sencillamente no estaban. Al niño no se le había ocurrido mejor idea que "intercambiarme" aquellas en las que sólo salía él... ¡colocándome en su lugar fotografías suyas, pero en las que no salía él, sólo yo!

- Creo que me parece justo. Total, no creo que te hagan falta fotos donde sólo esté yo...

¡¿Qué tenía este huevón?! Aparte de los vellos, ¿se había rasurado además las neuronas o qué? ¿Qué clase de lógica estaba usando para llegar a una conclusión tan absurda? ¿Perder así nomás tan preciosas instantáneas de Diego... sólo porque sí? Y por último ¿de que me sirven fotos en las que sólo salgo yo, como perro sin dueño... sin nadie al lado mío? Por más narciso que fuera, francamente.

- Oye Dieguito, creo que no me parece lo que has hecho. Para comenzar, esas fotos con las que te quieres quedar son mías, y por más pata mío que seas, no puedes tomarte así nomás la libertad de quedártelas porque sí...
- Pero te las estoy intercambiando... te las estoy canjeando por fotos mías, pero en las que sales sólo tú.
- No es eso Diego. Estas cosas se consultan, no puedes apropiarte de algo que no es tuyo sin siquiera haber consultado. Si querías quedarte con mis fotos, me hubieras avisado y te alcanzaba unas copias para ti.
- Pero... ¿para qué querrías tú unas fotos en las que sólo salgo yo?

"Para darme unos tremendos pajazos todas las mañanas", pensé en espetarle ante tal absurda pregunta.

- Porque forman parte de un lindo recuerdo para mí, por eso. Mira, hagamos algo. Si quieres, te saco unas copias de las fotos con las que pensabas quedarte ¿ok? Tengo los negativos, así que por ese lado no hay problema. Dame unas semanas y solucionamos esto en un dos por tres.
- Esta bien. -respondió desencantado.
- Hasta ese entonces... estas fotitos regresarán a donde pertenecen. -comenté mientras regresaba a mi álbum las fotos que Diego intentaba despojarme. Le entregué a su vez, todas las imágenes suyas por las cuales había intentado hacer su infame "intercambio".

- De acá a unas semanas, te saco las copias que quieras, pero estas fotos valen mucho para mí, de verdad. -le comentaba mientras observaba una de las que más me gustaban. Aquella de la "mirada cautivante, en un interesante gesto entre adusto y sonriente". La misma que cuando vi por vez primera, comprendí que era la mejor fotografía que pude haberle tomado a Diego en toda mi vida.

"Jamás voy a perder esta foto, así me corten los huevos", pensé.


* * *



Media hora más tarde, nos encontrábamos en la custer que nos llevaría al destino de siempre. Él, sentado como siempre al lado de la ventana, observando el desordenado movimiento de las calles por esas horas. Y yo, a su costado, tratando de perder mis pensamientos en cualquier cosa, menos en observarle mucho. En otras ocasiones era una delicia ver sus gruesas piernas enfundadas en el holgado pantalón que llevaba puesto; la inseparable mochila en su regazo, algo sucia y raída por el uso diario; los brazos velludos que celosamente la resguardaban... y que hoy ya no lo eran más. Era un vejamen, una cruel paradoja lo que tenía ante mis ojos aquel momento. Y tal situación no dejaba de hacerme sentir inquieto.

- Qué pasa...
- Nada... no pasa nada. -sonreí.
- Entonces...
- Es sólo que... -miré sus brazos otra vez.
- Ah, eso... putamadre... ¿vas a seguir con eso?
- No no no... es sólo que los veo y me preguntaba...
- Qué cosa.
- Esteeee... ¿tus viejos lo saben? -pregunté aliviado al encontrar una ocurrencia que me salvara el momento.
- Sólo mi viejita. Mi viejo no está en casa por estos días...
- ¿Y qué te dijo ella?
- Nada, se sorprendió un poco, pero nada más.
- ¿No te regañó?
- No. ¿Por qué tendría que hacerlo?
- Por nada, tienes razón. Espérate nomás cuando tu viejo te vea... -comenté con cierto sarcasmo.
- ¿Por qué lo dices? -preguntó risueño.
- Porque si es como me lo pintas... te va a soltar la vela verde. Te va a decir de todo...
- Ja ja ja ja... no creo.
- "¡¿Qué carajo has hecho, hijo mío?! ¡¿Qué 'chicha' te ha picado?! ¿Por qué has hecho semejante estupidez...?"
- Ja ja ja ja...
- "Me voy unos días de casa y ya comienzas a hacer huevadas... segurito que tu amigo ése, el Mauricio... ése te ha convencido para que hagas esto. Ya decía yo... ése tipo nunca me inspiró confianza"
- Ja ja ja ja...
- "Y te has rasurado toditito... hasta los sobacos... Mi hijo varón... Mi orgullo... Mi esperanza... ahora se ve como un vulgar estilista.... un sao más..."
- Ja ja ja... ya párala huevón...
- "No lo puedo creer, un hijo gay... no lo puedo creer... Debí corregirlo cuando podía... ahora ya es demasiado tarde... ¡Qué habré hecho Dios Mío!"
- Ya huevón... ya... - comentaba él, intentando contener las carcajadas.
- "Y olvidate de mi herencia, no verás un centavo de ella jamás... jamás."


* * *



Horas más tarde, en el viaje de regreso, nuevamente Diego y yo compartimos asiento juntos. El cielo veraniego de Lima comenzaba ya a oscurecer. No pasaron muchos minutos para volver a tocar el tema.

- Ya carajo ¿quieres dejar de mirarme los brazos? Putamadre... de haber sabido que me ibas a joder todo el día con esto, no me los hubiese rasurado...

Sonreí.

- Pucha Dieguito... es que es el tema del día. ¿Cómo se te ha podido ocurrir cometer semejante cosa pues? La verdad, jamás hubiera pensado que harías algo así. Y yo que pensaba que el de las ideas raras era yoni....
- Carajo ¿pero qué de extraordinario tiene que me haya rasurado los brazos?
- No sólo los brazos... disculpa. -bromeé.
- Ya, está bien. Brazos, pecho, piernas, barriga...
- Y sobacos, no lo olvides.
- Putamadre, ya basta. -respondió más irritado.
- Bueno muchacho, bromas aparte... sencillamente vayamos por la deducción lógica. No todos los días uno se encuentra con alguien que se depile o rasure todo el cuerpo. Peor si es hombre... o sea, tu sabes que esas cosas están más relacionadas a las hembritas y todo eso ¿no? Sin ofender, claro...
- Seehh... -contestó con cierto aguante.
- Además tú mismo dices que cuando te rasuraste, botaste pelos de pelos en tu cuarto... lo que habrás tenido que barrer para recoger todas esas motas.
- Bueno, no lo recogí yo. Para eso esta la empleada ¿no?
- ¡¿Cómo?! Tus pelos nos los barriste tú, sino... ¿tu empleada?
- Ajá.
- ¿Y no te dio roche que ella lo haga?
- ¿Por qué? Ese es su trabajo ¿no?
- Veste huevón...
- ¿Qué tiene?
- Cuando ella recogió tus pelusas... ¿qué le dijiste?
- Nada. Que barra el piso, nada más.
- Pucha... hartas pelusas que habrá barrido ¿no?
- Si, bastante.
- Pero igual. No sé, yo me hubiese sentido algo palteado que una chica barra mis pelos del cuarto.
- Je je je...
- Claro pues, encima tu le das más chamba de la que ya tiene. Con tanta limpieza que hacer por tu casa y tú: "flaca, barre todos mis pelos por favor... y bien barrido, ah".
- Ja ja ja ja...
- Eso es ser inconsciente, así no juega Perú pues... Además, volviendo a tu "gesta estética", a ver. Dime un solo tipo, uno sólo que se afeite las axilas. Pero hombre, ah. Porque mujeres hay un montón, esas no cuentan.

Touché. El jaque mate perfecto. Sin embargo no pasaron muchos segundos para que Diego soltara su respuesta.

- Ahhhh... a ver... hombres ¿no? Ya está: Christian Meier, Alejandro Sanz, Brad Pitt, Tom Cruise, Ricky Martin...

¡Oh my God! ¡Qué horrendos ejemplos!

- Carajo, tú sí que les para viendo el sobaco a los hombres. No conocía esa oculta faceta tuya. Interesante... -bromeé.

Sonrió. Quiso reírse, pero prefirió voltear la mirada hacía la ventana, tratando de finalizar así nuestra absurda conversación.

- El que calla otorga muchacho... el que calla otorga. -puntualicé.


* * *



Ya en la puerta de su casa y antes de despedirnos, el rostro de Diego se iluminó.

- Ah de veras... antes de que me olvide. Quería pasarte los videos que te dije la otra vez ¿te acuerdas?

Semanas antes, me había comentado acerca de una serie que había coleccionado en devedé. Eran unos discos que supuestamente contenían una interesante historia animada que en esta ocasión Diego quería compartirme. Supongo que se le ocurrió alcanzármelas, como una suerte de retribución ante el gesto de haberle obsequiado los devedés de Chickfactor. Y no tardó mucho en ir por sus discos, hasta entregármelos en mis propias manos.

- Quiero que las veas en los próximos días y de acá a unas semanas me las regresas para comentar qué tal te parecieron, ¿ya?

Asentí con cierto languidez, pues mi fuerte no es precisamente la animación en devedé. Sin embargo recordé que días después de navidad, Diego había "prometido" regalarme unos videos de temática similar (palabra que como podrán imaginar, no alcanzó a cumplir), aún sin sospechar que yo planeaba con antelación mi obsequio navideño. También consideré que en cuanto a prestar sus cosas, Diego es muy celoso. No es de dar ni confiar a cualquiera sus pertenencias. Peor aún si se trata de objetos de culto, como lo son para él sus benditos videos y películas de animación. Consideré entonces lo mucho que significaría para él, el desprenderse de uno (o mejor dicho, de varios) de sus objetos más valiosos, sólo para darme el gusto de visionarlos tranquilamente desde la comodidad de mi lejano hogar. Y ante tal gesto noble de su parte, no me quedó más que agradecerle lo más sinceramente posible. Así los videítos de marras tratasen de aburridas películas animadas, de documentales mormones, del mensaje presidencial o del sermón de las tres horas de los últimos cinco años.

- Muchas gracias muchacho. Prometo que lo veré, ni bien llegue a mi casa más tarde.
- Ok, cuidate.
- Chau.

Luego del último abrazo y antes de alejarme del frontis de su hogar, se me ocurrió agregar algo más.

- Oye, antes que me olvide: cuando quieras volver a "rasurarte"... piénsalo dos veces, ¿si?
- Ja ja ja ja... ya huevón. Chau.

jueves, 14 de setiembre de 2006

Alguien En Alguna Parte Del Mundo
Vive Lo Que Tú Estás Sintiendo*


* Publicado originalmente por Rapsoda (Cazador De Mitos)

miércoles, septiembre 13, 2006
PARA MI HERMANITO

Hermanito mío durante este tiempo te he aprendido a querer como siempre debio haber sido. No te niego que los dos meses que fuimos pareja fueron lindos pero siento que más especiales han sido estos en los que hemos permitido que nos una un sentimiento desinteresado de amistad y no de uno egoista de pareja que fue el que se cruzo en nuestro camino.

Ayer te vi llorar y me dolía el corazón porque en tus lágrimas veía las mías, esas que por tantos años he derramado a solas, con otros, con otras, en sitios públicos, cerrados, en fin, lágrimas que a pesar de que muchos las vieron no las comportían porque no sabían ni saben lo que vivimos tú y yo, y que nosotros si podemos entender.

Ayer pedías en ese parque sólo un poco felicidad y eras hablando por mí. No me importo que fuera un lugar público. Te abrace y te di un beso como mi papá me los da a mí encima de la cabeza cuando siente dolor por mí y no encuentra otra forma de demostrarme lo mucho que me ama. No era un beso lujurioso, era mi forma de decirte: estoy a tu lado, porque estar cerca de ti es estar cerca de mi misma realidad.

No pense que algún día escucharía de tus luchas con tanta tranquilidad como ahora, pero eso sólo lo ha hecho posible Dios, quien con su amor y restauración después de un corto tiempo de odiarte por lo que me lastimaste, me ha permitido verte como lo que eres, mi hermano y mi amigo quien necesita una mano así se la tienda aquel que también está intentando salir del barro.

No sé si leas esto: una parte de mí quisiera que si y la otra no. Sólo lo leeras si abres esta página a tiempo pero si no es así me conformaré con que mis ojos al verte te lo digan. Gracias por tus llamadas, por estar tan pendiente de mí, por llorar cuando lo he hecho, por creer en mi relación con Lalita, por soñar a mi lado, por preocuparte por mí cuando me sentenciarón a muerte. Gracias por esa amistad tan incondicional que me has dado y como dice esa canción del video, por ver más allá de mi exterior a un niño que necesita aún sentirse amado.

Bonita forma de terminar un blog. Fingir una muerte y los perros siguen ladrando. Dos sombras se cruzan de noche pero juntas pueden hacer el sol brillar. Ojos verdes te miran y el farol del auto se enciende. Una respuesta a una oración tardía te salva.

Mañana se miraran rostros o cuando se escriba ya algunos de ellos te habrán mirado. Amores perros. Ojos verdes colombianos. Ojos verdes mexicanos. Más ojos verdes. Descanso.

sábado, 2 de setiembre de 2006

Una Princesa, Proust y Otras Respuestas

Hay tantas cosas de qué tratar en este blog, así suene tan fresco que yo lo diga (que escribo "tan poco" por aquí). Más de una vez durante la semana, lamento no tener al frente mío una PC en la cual liberar estos fantasmas internos, alterados por fugaces regocijos y redundantes consternaciones. Y sin ánimo de presumirles queridos amigos, pero a la fecha tengo encarpetados entre diez a quince posts que no ven aún la luz (o la web, para hablar a la par con la tecnología de estos días). No sé cómo, pero tarde o temprano he de darme abasto en concluirlos adecuadamente y compartirlos junto a ustedes paulatinamente (de ahí que algunas de mis entradas sean algo atemporales, disculpen en todo caso el desorden anacrónico de muchas de ellas). Sobre todo porque deseo cumplir conmigo mismo el compromiso de culminar esta labor de plasmar y compartirles mis devaneos, que más que una carga es un placer para éste, su servidor.

Sin embargo, a pesar de tanto trabajo pendiente, hoy quiero hacer un alto, cambiar el curso que habitualmente designo a ésta bitácora. Y es que, me he emocionado muchísimo por las palabras de una amiga muy querida (al menos, espero que ella me permita considerarla así). Se trata de Cris, una Princesa Soñadora, quien días atrás, dedicó unas cuantas palabras a quien escribe.

... hace un par de días en el blog de, si bien no un gran amigo, al menos sí una persona que me hace sentir bien cuando leo su blog, aún sigo sin saber el por qué pero me hace bien, me refiero al blog de Mauricio o Ramiego como quieran decirle, estaba leyendo sus entradas anteriores tratando de entenderle un poco a cierta historia que si bien no sé del todo dónde o cómo inició, sé por lo menos lo suficiente como para desear saber un poco más...


La verdad que esas palabras publicadas en su blog, me conmovieron y halagaron muchísimo, quizás hasta mucho más de lo que Cris misma pueda imaginarse. Y ojo, no lo digo sólo por su sano interés de conocer más acerca de mi "historia" (culebrón que ni yo mismo sé cómo diantres acabará), sino más bien por aquella otra frase que utiliza al referirse a este blog: "me hace sentir bien".

Querida Cris (y queridos amigos que estén leyendo este post): de verdad que esas palabras tuyas me hacen sentir muy especial. Sobre todo porque, cuando intento escribir alguna chorrada por aquí, lo hago no para agradar a los demás, ni mucho menos para competir con los blogs más populares o visitados de la web (justamente líneas arriba acabo de confesar la verdadera razón que me empuja a continuar esta labor). He de confesarte entonces querida Princesa, que la verdad poco me importa saber cuántas personas dejan "más" comentarios en mi zoco (parafraseando al buen Harlock), pues lo más valioso de todos ellos la verdad, es la calidad antes que la cantidad.

Me alegra muchísimo saber que tanto tú, como otros amigos frecuentes de esta bitácora (así puedan éstos contarse con los dedos de una mano) vuelquen sus valiosísimos comentarios cada cierto tiempo. Créeme Princesa, que todos ellos los leo con muchísimo placer y atención, sobre todo porque muchos de ustedes al dedicarlos, lo hacen con el corazón en la mano (lo sé). Y ello lo valoro de una manera inmensamente especial, tal como no tienes idea.

Por ello, esas palabras tuyas estimada Cris, han sido responsables de proporcionarme una enorme alegría estos últimos días (que por cierto, buena falta me ha hecho). Y además me ha hecho reflexionar sobre la idea de tomar conciencia de que -de una u otra forma- mis palabras, mis textos, o mis "historias" como bien dices, afectan además la vida de otras personas, muchas de ellas localizadas a miles y miles de kilómetros de donde hoy me encuentro escribiendo. Me has hecho pues, sentir mucho más responsable en ese sentido y de verdad, una vez más te agradezco que alguien tan especial como tú, me lo haya hecho notar.

Recordaré entonces a cada momento, esas lindas y sinceras palabras tuyas cada vez que vuelva a escribir alguna nueva entrada por aquí. Y es que hoy me has ayudado a descubrir una nueva misión en la vida, y ésta es hacer sentir bien y reconfortar a personas que, probablemente se encuentren muy lejos físicamente, pero que a su vez, están muy cerca de mi corazón.

Un beso para ti, querida Princesa. Y también va dedicado para ti las siguientes partes de esta entrada.


* * *


Hace buen tiempo que deseo publicar un post como éste. Inicialmente pensaba subirlo a Retrospectiva, más como éste avanza a paso de tortuga (pero avanza) decidí hacerlo aquí y ahora, puesto que la ocasión se presta para ello y a propósito de un cuestionario que Princesa Soñadora ha decidido publicar en su blog (y que por cierto, espero se anime a responder éste también).

Se trata del conocido Test de Proust, según dicen, uno de los más populares que existe a la hora de descubrir la personalidad de un individuo. Y no sólo eso, pues además muchos artistas, escritores y personalidades de renombre han sido sometidos a éste singular cuestionario, provocando con muchas de sus respuestas más de un controversial resultado.

Debería pues dedicarme aquí a responder este singular test, mas no lo haré, por tres fuertes motivos: Primero, no hace mucho publiqué una "entrevista" mía (bueno, una auto-entrevista la verdad), que me obliga a aplacar mis ímpetus narcisistas de seguir escribiendo y respondiendo más sobre mí; así que por ese lado (al menos, por ahora) considero contestar este test como fuera de lugar. Segundo (quizás la razón de mayor peso), hace poco menos de dos años atrás, me di el trabajo de responder este mismo test, pero la verdad es que he tratado de encontrar el susodicho file en mi PC, bajo desalentadores resultados. Y más que por flojera de volver a responder el cuestionario en mención, preferiría subir a este blog las respuestas que di en aquella ocasión, pues creo que este documento no deja de ser una especie de "instantánea" de cómo era yo, un par de años atrás. ¿Quizás mejor? ¿Peor? ¿Más feliz? ¿Infeliz? Eso lo sabrán ustedes amigos, cuando encuentre esas añejas respuestas y considere publicarlas por aquí en alguna otra oportunidad (despreocúpense, queda como tarea).

Tercer motivo, quizás el más maquiavélico y morboso de todos. Me gustaría iniciar la "tradición" (como diría Cris) de que cada amigo que lea este Test, lo resuelva con sus propias respuestas y lo suba a su respectivo blog. Mas, como sería injusto y hasta aburrido dejar aquí sólo un cuestionario de preguntas sin contestar, pues igual me pareció adecuado publicarlo, pero en esta oportunidad con respuestas ajenas. Respuestas de una persona que alguna vez se dio el trabajo de ser lo más honesto posible conmigo y me dio el placer de conocerlo un poquito más, así sea mediante un email a comienzos de setiembre de un ya lejano 2004. No les diré de quien se trata, pues muchos de ustedes han de saber ya de quién les hablo. Sólo queda agregar entonces, que no olviden de continuar la labor de responder este cuestionario, publicarlo en sus respectivas bitácoras y de ésta forma conocernos un poquito más.

Estimados amigos, los dejo entonces con las respuestas de este enigmático personaje y ojalá que puedan tomarse algunos minutos adicionales de comentarme sus percepciones acerca de las singulares declaraciones que les dejo a continuación.


* * *


¿Cuál es tu pasatiempo favorito?
Dibujar mangas, ver tele, pasear, leer el tarot, chatear, entre otras.

¿Qué sería para ti, la felicidad perfecta?
Que todas las personas que aprecio me aprecien, que todos mis defectos se borren y por lo menos tener una vida psicosocioprofesional estable.

¿Cuál es tu gran temor?
Buena pregunta. Es algo bien complicado de decir, creo que sería perder a mi madre.

¿A qué persona viva admiras?
A nadie, nadie que pisa esta tierra aún lo merece, de repente a mi padre o a mi abuelo... Y en parte al profe Alayza, me parece que de alguna u otra forma se realizó como persona.

¿Cuál crees que sea el rasgo que más te define?
Ser directo, dejarme de huevadas y decir las cosas en la cara a las personas. Hasta cierto punto tal vez sea mi peor error.

¿Cuál consideras tu peor defecto?
Ya lo sabes...

¿Qué o quién es el gran amor de tu vida?
He tenido ilusiones, pero en realidad creo que aún no la conozco o no aparece. De repente aún ni nace.

¿Qué podría sumirte en las más profunda miseria?
Perder a mi madre.

¿Cuál es tu mayor extravagancia?
Ir a la peluquería cada mes a cambiar mi look, o tal vez no dejar que nadie use mi portaminas o borrador fácilmente, y hasta de repente hablar a veces con palabras rebuscadas, técnicas y metáforas.

¿Cuál es el peor defecto que otros puedan tener?
Creo que todos mis defectos son míos, de repente dejarme llevar por los demás.

¿Cuáles son las palabras o frases que utilizas con mayor frecuencia?
"El punto es", "Ni a balas", "No jodas", entre otras.

¿Cuál ha sido tu mayor logro?
Ingresar a la primera a la universidad...

¿En qué ocasiones mientes?
Cuando es necesario.

¿Cuándo y dónde has sido absolutamente feliz?
Cuando camino por Miraflores o San Isidro, allí me siento libre. Aunque creo que también cuando dibujo, siento que mi mente trasciende con el dibujo, siento que puedo crear un universo sólo para mí.

¿Cuál crees que ha sido tu mayor inversión?
Un manga [de veinte dólares aproximadamente].

¿Qué objeto personal es el que más valor tiene para ti?
Mi cadenita de oro, mis utensilios de dibujo, mis revistas y posters de manga.

¿Cuál es tu ocupación favorita?
Por ahora estudiar.

¿Cuál es la cualidad que más admiras en un hombre?
Que sea social, canchero y que sepa sobre todo qué decir en cualquier circunstancia.

¿Cuál es la cualidad que más admiras en una mujer?
Que sea buena, inteligente y simpática.

¿Con qué personaje de la historia es con el que más te identificas?
Creo que con nadie, pero de hecho que es algún asesino de la época samurai, no sabría decirlo porqué, no conozco mucho de la historia de Japón, por más que me encante su cultura.

¿Cómo te gustaría morir?
En un choque y de forma espectacular, eso si sería muerte por casualidad. De repente morir con cirrosis... hasta cierto punto sería un honor.

¿Si murieras y se te permitiera volver convertido en otra persona o cosa, cuál crees que sería?
Creo que seria alguien como Tom Cruise o no sé de verdad.

¿Cuál es tu lema?
"Si se puede" y "Debe ser hecho todo lo que necesite ser hecho, sin importar el sacrificio y el trabajo"

¿Cuál es la cualidad que admiras más en una persona?
Creo que sería la técnica para saber vivir adecuadamente.

¿Qué talento especial te gustaría tener?
Ser pendejo [astuto, taimado] e hipócrita, eso seria muy útil .

¿Qué te disgusta de tu apariencia?
Mis rollitos

¿Cuál es tu héroe de ficción favorito?
Kenshin Himura de Samurai X.

¿Cuáles son tus escritores favoritos?
No tengo, pero a uno de los mas admiro tal vez sea Dante Alighieri

¿Qué es lo más valioso de tus amigos?
Su compañia y ayuda constante.

¿Qué persona viva te parece despreciable?
Toda aquel que sea mierda y no pague las consecuencias de serlo.

viernes, 1 de setiembre de 2006

Interviú de Aniversé

"Escribir me ha ayudado a sobrellevar cosas que sólo podría haber enfrentado con un psicólogo o un psiquiatra"


A un año de identificarse en la red con historias de amores imposibles y sin bajar la guardia al continuar escribiendo sobre tan discutibles experiencias, Mauricio Ponticel habla acerca de un futuro optimista, de aquel personaje suyo que se resiste abandonar el mundo de los blogs, de la música y de remotas esperanzas.
Por Ramiego

Trescientos sesenta y cinco días tratando de convencerte y convencer a quienes te leen, de que "un día es un día". ¿Cómo te ha tratado este último año?
Siendo estrictamente imparcial, creo que el saldo es positivo. No puedo decir que mi vida ha dado un giro de 360 grados o que ando saltando en un pie de felicidad, pero creo que comparado a cómo veía las cosas hace un año o dos, definitivamente hay cosas positivas que resaltar.

¿Cómo cuales?
Bueno, creo que me he vuelto más optimista que antes, o menos pesimista si quieres. Viví una etapa muy negra hace un año, y creo que ahora enfrento las cosas como cualquier ser humano, con algo de madurez... en lugar de estar de plañidero por cualquier rollo o palta. Ojalá que en todo caso, este proceso continué para bien.


UN FUTURO QUE NO SE HA IDO

Por lo visto, gustas de escribir mucho...
Pues, no me había dado cuenta de que escribía demasiado hasta que más de uno de mis amigos y conocidos me lo hicieron notar. Y por lo visto, esto lo veo más como un defecto, pero bueno... así como existe la libertad de escribir cuanto se nos plazca, también existe la libertad de leer lo que se nos dé la gana. Aparte de que, escribir me ha resultado buenísimo, es algo definitivamente terapéutico, lo recomiendo. De hecho, me ha ayudado a sobrellevar muchas cosas que seguramente sólo podría haberlas enfrentado con la ayuda de un especialista, un psicólogo o un psiquiatra.

¿Fue ése el motivo para lanzarte a hacer un blog?
Yo me enteré bien tarde de que había esta novedad tecnológica para escribir sobre tantas cosas, ya sea personales, artísticas, literarias, científicas... ufff. Creo que como todo el mundo, me animé a armar uno luego de ser un blogger-adicto a la web de un pata que escribía muy bien sobre lo que le ocurría. Lo encontré por casualidad, en una de esas tantas páginas que nos escupe google cuando buscamos algo en particular. Me gustaba mucho su concepto, de plasmar sus vivencias con una narrativa de tinte literario. Eso me encantó, de no poner las cosas tan fáciles. Y mucho de lo que él escribía se parecía bastante a lo que me estaba ocurriendo, así que con toda la concha del mundo, me animé a construir el mío, sin ningún conocimiento sobre armar blogs, o ayuda de alguien, ni nada por el estilo.

Así nace el "El Futuro Se Fue" ¿verdad?
Sí. No sabía que título ponerle. Salvo contadísimas excepciones, soy muy malo poniendo nombres hasta el día de hoy. Y hace tiempo que me crucé con ese título, en un disco de Jorge González. La frase me impactó, me parecía genial, aunque la verdad, hasta el día de hoy no he escuchado ese disco... je je je. Y cuando me salió la página, estaba pasando por una etapa medio depre, como decepcionado de la vida con las cosas que me habían estado ocurriendo y bueno... le puse ese nombre.

Últimamente rediseñaste esa web y hasta reemplazaste ése título. ¿Por qué el cambio entonces?
Porque ese nombre, si bien es cierto puede resultar lo más objetivo y realista posible, también me parece fatalista, pesimista, que te da la impresión que más allá del presente, no hay algo que valga la pena porque "ya fue". Y la verdad, no creo que las cosas sean así. O por último, me niego a creer que sean así. Y si lo son, prefiero no enterarme. Es mejor mirar las cosas con pilas, con algo de optimismo. Si no, ya para qué.

En ése blog tuyo, sus primeras entregas no eran nada del otro mundo. Como que te inclinabas a escribir lo que todos...
Sí, algo así. Había craneado hacer dos o tres post antes de lanzarme con más detalle a escribir. Estaba en la etapa de no saber a dónde apuntar y no conformarme con escribir cosas del tipo "hoy me encontré con el panadero churrísimo del barrio que me sonrió, ojalá que mañana me pase lo mismo" y nada más. Pero la dinámica de un blog personal es ésa, quiéralo o no. Por ejemplo, cuando ya tenía todo listo para terminar de escribir lo que tenía encarpetado desde la semana anterior, de pronto pasaba algo... y todos los planes que tenía se iban al tacho. No tenía cabeza para continuar lo anterior y mi preocupación se iba a lo que me sucedía en ese momento. De ahí que me dedicara a postear sobre uno que otro problemilla circunstancial.

Hasta que al final te animaste a lanzar el kilométrico "I Want You"...
Ahhhh... pucha. Al día de hoy, leo ese post y me acuerdo de muchas cosas. No fue mi intención lanzarme tan de golpe. Sencillamente en ese momento me lancé a escribir lo que me salía desde el forro, desde dentro. Pasaba por uno de esos avatares sentimentales que comenté hace un ratito, así que lo hice. Me focalicé en la idea de escribir un mail a alguien muy especial para mí, pero que por diversos motivos no podía hacérselo llegar. Se me ocurrió la idea de que a lo mejor éste mensaje no necesariamente tendría que llegar a su bandeja de entrada para que lo pueda leer. Y como ya tenía el blog a la mano... pues me mandé.

A la distancia, a poco más de un año, ¿te arrepientes de lo escrito en ese post?
Fíjate que no del todo. Has cosas muy bonitas descritas ahí que me recuerdan momentos especiales, únicos, hasta chabacanamente románticos si quieres. Pero era algo real, parte de mi vida y que atesoré de manera muy especial en mí. Quizás lo negativo es que en ese texto se respira un sentimiento muy de arrastrado, de pesimista, como si más allá del pata a quien le escribo, no hubiera nada más en la vida que valiera la pena. Creo que si a todo ese texto le agregas como final un "hasta siempre, te seguiré queriendo hasta la muerte", bien podría ser la carta de un suicida. Y eso la verdad, no me parece. La cosa no iba para nada con esa intención.

Lo curioso es que después de ese post, el siguiente es uno que nada tiene que ver con su antecesor, mas bien es una revisión de tipos que se han cruzado contigo desde tu adolescencia...
Es que quise establecerme un orden, hacer las cosas de manera consecutiva. Tiempo atrás, en uno de esos arranques melancólicos que tenía, me animé a armar un ensayo de novela con lo que me había ocurrido aquellos días. Lo quise hacer en tercera persona, con un "Ramiro" como protagonista, con un capitulo-prólogo que diese pie a continuar leyendo los subsiguientes y así hasta el final. Sin embargo, por equis motivos lo dejé en stand by por varios meses, hasta que me crucé con la novelería ésta de los blogs. Cuando me di cuenta que lo que intentaba escribir en esa novela, bien podría calzar en este nuevo formato, me animé a llevarlo a cabo. Y para eso, como una cosa algo "didáctica" si se quiere, antes de hablar del co-protagonista y leit movit de la historia, me pareció prudente comentar algo con los que de alguna forma lo antecedieron, y luego lanzarme de lleno con la novela que hace tiempo quería comenzar.

Un preámbulo que a fin de cuentas dejaste de lado, pues te abocaste a desarrollar otro nuevo blog...
Fui un suicida, porque apenas tenia tiempo para escribir en uno, y de pronto me lanzo con otro. Pero es que también tenía ganas de escribir contando lo que me pasaba día a día. Y antes de armar éste nuevo, me encantó la idea de ponerle ese ingenioso nombre. Y es que un día es sólo un día, ni más ni menos. A pesar de no ser netamente de mi creación, es un título del cual me siento muy orgulloso. Y lo más sorprendente, que al parecer a nadie más se le había ocurrido... por lo menos en blogger punto com, je je je.

Obviamente ese título evoca irremediablemente a Jeannette. ¿Eres fan de ella?
Sí, podría decirse que sí. Hay temas y melodías suyas que me parecen hasta escalofriantemente románticas. Y sí... hay dos o tres temas que me han hecho suspirar más de una vez.

¿Pensando en Diego quizás?
Para qué mentirte...


DEL AMOR Y OTROS DOMINIOS

La presencia de Diego es predominante en tus textos. ¿Tan fuerte te atrapó ese sentimiento hacia él? Porque es un personaje real, ¿verdad?
Si, es más real de lo que te imaginas. Nada de lo que he subido en mis blogs es inventado o exagerado, puedo asegurar que es un 99 por cierto verídico. Lo único que no lo es, en todo caso son los nombres, que por obvias razones sí son de ficción, sobre todo para no involucrar involuntariamente a terceras personas en mis rollos. En cuanto a Diego, creo que es algo así como ese "primer amor en serio" que le da a uno en la vida. Y me enamoré, o creí sentirme enamorado de él, a las pocas semanas de conocerlo. Algo que a fin de cuentas no parece muy centrado que digamos.

¿Cómo así lo conociste?
Ahhhh... eso tendrás que enterarte como todo el mundo, en mi blog. Aunque te puedo adelantar que fue de manera fortuita, casual. Y lo más gracioso fue de que, precisamente al poco tiempo de conversarle por primera vez, me gané su confianza de forma instantánea, casi sin mover un solo dedo para que eso ocurra.

Seguirás escribiendo sobre él entonces...
Sí, creo que sí. A pesar de que en algún momento pensé que a los poquísimos lectores que siguen mis entregas, a lo mejor les aburriría seguir leyendo estos pajazos mentales de deseos imposibles y amores nunca consumados, con un tipo como Diego de protagonista. Sin embargo me sorprendió leer por ahí a un amigo comentando que cuando dejaba de escribir sobre él, la cosa se volvía aburrida... ja ja ja.

¿No temes que un día Diego lea en tu web lo que escribes, sobre su relación contigo o sobre otras cosas propias de tu intimidad?
Pues la verdad, ya no. Al comienzo sí tenía mis temores de que leyera mis cosas, terminara por traumarse, que no me volviese a hablar nunca más y cosas así. Pero después me dije, a la mierda... no estoy escribiendo nada inventado, creo que hasta ahora no lo he calumniado o difamado, tampoco lo he acusado de algo malo, ni divulgado alguna intimidad extraordinaria. He sido siempre muy explícito cuando escribo que entre Diego y yo, para bien o para mal, jamás ha existido (ni existirá seguramente) más allá que una simple amistad. Una amistad muy dañada muchas veces, reconfortante otras tantas... muy sui generis, eso sí, pero amistad al fin y al cabo. Además, él no es muy amigo de la lectura, así que dudo mucho que un día se tome el trabajo de leer por completo siquiera uno de mis post, que encima hablan extensamente sobre un pata que no se llama como él, así que cuál es el problema. A lo mejor si le pongo dibujitos o figuritas, termine por interesarse... ja ja ja.

A todo esto, ¿qué edad tiene Diego en la vida real?
Anda por los veinte, nos llevamos diez años de diferencia. Aunque a veces su edad mental no vaya a la par con la biológica.

¿No te parece entonces algo "abusivo" de tu parte obstinarse por alguien tan menor?
Ja ja ja... eso mismo me digo yo a veces. En toda mi vida jamás me había fijado o alucinado siquiera en tener algo con un tipo medianamente menor que yo. Peor si la diferencia de edades sobrepasara más allá de cinco años, pero ya vez... el hombre propone pero Dios es quien dispone. Además a simple vista, Diego no aparenta la edad que tiene. Si no lo crees, observa esta foto de cuatro años atrás y dime si te parece de menos de veinte (enseña una foto suya junto a él).

Se le ve mayorcito...
Fácil que sí, figúrate que una vez alguien que nos vio juntos por ahí, comentó que parecíamos de la misma edad, hasta de la misma promoción escolar...

Ja ja ja... te habrás sentido halagado supongo ¿y quién dijo eso? ¿él?
No, una amiga suya. Despistadísima la muchacha, pobre...


ENTRE EL DIAL Y LA RED

La música es algo importante en tus blogs...

Sí, desde un comienzo me encantó la idea de colgar en la web, música que de alguna forma identifique o se complemente con la historia que estuviese contando. Esa conexión entre la música y el texto, me parece maravillosa. Y es que la música tiene ese poder que hace identificarnos con ella de manera única, hasta inmediata. Figúrate que una vez me pasó algo bien curioso, con una de esas baladas que siempre salen por radio y que nunca les presto atención... al final terminé por empatarme con la canción, llegando a la conclusión de que hay momentos que la vida nos empuja a comprender muchas cosas, incluso a solidarizarnos con las canciones que más odiamos.

¿Te refieres a esa de Alejandro Sanz con The Corrs?
No. Era "No Me Enseñaste" de Thalía.

Menuda sorpresa ¿y la subirás también al blog?
No lo sé... quizás... todo a su momento.

¿Has pensado en subir un OST de este material?
El día que incautamente se lance al mercado de manera oficial la banda sonora de este blog, creo que constaría mínimo de tres cedés y terminaría con una deuda del carajo por todo ese rollo de los derechos de autor. A Dios gracias, internet te facilita las cosas por ese lado.

¿Visitas otros blogs? ¿Cuáles son tus favoritos?
La verdad, leo otros blogs cuando se presenta la oportunidad. Sucede que cuando me conecto a la red, lo hago casi siempre desde un ciber y con cuenta regresiva encima. Si me quedara en un ciber todo el tiempo que quisiera leyendo otros blogs, a las semanas terminaría en bancarrota. Pero cuando gorreo internet de otra parte, me doy mi tiempo de leerlos atentamente y hasta me lanzo con algunos comentarios, no necesariamente halagadores, pero sí lo más honestos posibles. Afortunadamente no he tenido problemas por eso. En cuanto a blogs favoritos, me encantan los que se presentan bajo un género narrativo. Me parecen de putamadre que así sean, el español es tan rico para expresar tantas cosas, que pienso que es un crimen que la gente se exprese en un blog de manera simplona, corriente, sin nada de gracia... Muchos de los que han posteado alguna vez en mi blog, tienen el suyo propio con cosas muy interesantes que contar... tengo cuatro o cinco por ahí a los que no dejo de seguirles la pista y que obviamente no pienso comentar cuáles son para evitar herir susceptibilidades, aparte que ellos saben quienes son... pero en líneas generales, a todos los que he linkeado, los visito y chismoseo para ver qué tal...

Hace un rato hablabas de un blog que te inspiró a hacer el tuyo...
Ah sí, ese me parecía genial. No me lo perdía por nada, era un confeso adicto a lo que se escribía allí, además el tipo que lo hacía era bien diligente en sus entregas, no dejaba pasar mucho tiempo entre uno y otro post que inteligentemente actualizaba de forma periódica. Tenía un talento indiscutible, lo reconozco. Lamentablemente, la cosa con él decantó de contar cosas personales y paltas amorosas, a encomiarse a sí mismo y hablar de superficialidades. El asunto tornó a volverse aburrido con él y dejé de leerlo. No hace mucho visité su blog después de mucho tiempo y me di con la sorpresa de que ya lo había terminado, decidió ponerle punto final. Una pena en todo caso por quienes lo leían.

¿Qué hay de los del otro lado? ¿Cuáles blogs no te gustan?
Precisamente los pretenciosos, aquellos que mucho abarcan y poco aprietan. Que quieren hablar de todo y nada a la vez, de una forma tan criminalmente impersonal y vacía. Hay algunos que la verdad... no sé, quizás soy muy ignorante al respecto, pero me parecen aburridísimos cuando veo que a veces se las quieren dar de poetas, periodistas, non plus ultra y no sé que más... queriendo tratar de varios temas, todo al mismo tiempo... pero que a la hora de los loros, no veo nada medianamente interesante que destacar en ellos. De esos abundan en la red... muchas veces me topo con varios blogs así, pero tal como me los encuentro, cierro la ventana. Para qué perder el tiempo analizándolos.

¿Qué planes para el futuro? ¿Siempre piensas continuar con tus blogs?
Bueno, uno de ellos, el más viejo, necesariamente cumplirá su ciclo y terminará como cualquier otro. Retrospectiva tratará de esa experiencia con Diego que quise concretar como la novela de la que comenté hace un rato, pero aún falta mucho para eso, creo que por ese lado ando bien atrasado... je je je. Y en cuanto a Un Día Es Un Día, pues no sé. Quisiera que dure unos años, cuatro, cinco, diez... no lo sé. La idea es escribir allí lo que me ocurre en el día a día. Por eso hablar de un final en ese sentido, me parece hasta tétrico.

Sin embargo no siempre se puede continuar con la periodicidad de un blog...
Lamentablemente. Por cierto, me ha dado pena que mucha gente que anteriormente visitaba, se hayan como "confabulado" y decidieran cerrar sus páginas, casi todos al mismo tiempo. Parece una epidemia. No sé qué podría llevar a uno ponerle punto final a un blog, supongo que se da como finalizando una etapa. Ojalá en todo caso que no me pase eso, por lo menos en mucho tiempo más.


CINESCAPE

¿Te gustaría que tu historia con Diego sea publicada en una novela? ¿Llevarla al cine quizás?
Si, a quién no. Aunque a veces me da miedo esto de escribir una novela a través de un blog, cualquiera puede apropiarse de ella y decir que es suya. Pero también pienso que lo que escribo no sea necesariamente tan bueno como para ser digno de ser pirateado. En cuanto al cine, pucha... creo más bien que la cosa se prestaría a lo mucho para hacerla tipo telenovela mexicana, como dicen por ahí... ja ja ja. Sería un gol de media cancha volverlo película, que la vaina me resulte comercial y tener la misma suerte que J.K. Rowling.

De tener esa suerte ¿quién te gustaría que interpretase el personaje de Diego?
Justo el otro día viendo MTV me crucé con una película chilena, "Promedio Rojo" se llamaba. Y me sorprendí con el actor que la protagonizaba (Ariel Levy), pues tenía un parecido e-nor-me con Diego; y no sólo en lo físico, sino también en sus actitudes y la personalidad de su papel en el film. Aunque no sé si Diego sea tan lujurioso en la vida real como el tipo de esa película, hubiera sido de putamadre enterarme de eso también en todo caso... je je je. Lamentablemente no creo que quien protagonizó "Promedio..." quiera repetir el plato encarnando un personaje tan parecido al anterior.

¿Y quién te gustaría que te interpretase? ¿en quién has pensado como Mauricio?
Uhmm... no lo sé. Fíjate que varias veces me he hecho esa pregunta, pero nunca encuentro una respuesta satisfactoria. Hasta ahora no encuentro un actor que pudiese interpretar un personaje tan pelotudo como yo. Y no porque dude de ellos, sino porque si tuviese que llevar al cine tanta frustración volcada en un personaje, la verdad que no me imagino a actor alguno, sea conocido o no, que pueda calzar a la perfección con tanto rollo de perdedor, de frustrado. De plano, me gusta físicamente este chico Gian Piero Diaz. Me sorprende la cara de bebe que tiene, a pesar de que ya se va por los treinta creo. Pero no me he puesto a pensar en él interpretando a Mauricio. En todo caso, me haría un enorme favor, físicamente hablando. Y si es que se pudiera llevar esta historia a la pantalla grande, me gustaría que se haga en formato independiente, a lo Brokeback Mountain. Me gustó mucho esa película, aunque no me gustaría empujar la trama tan explícitamente en lo sexual, preferiría que se respete la historia al 100%, que no le cambien ni un punto o coma. Así que Lombardi, olvídate... ja ja ja.

Pero para poder llevar a cabo esta película, primero tendrías que terminar el guión ¿has pensado ya en ponerle un final a tu historia?
Me gustaría que tuviese un buen final, pero hasta ahora no se lo encuentro. Quisiera que acabara con un "happy end", como casi todos los que la han leído hasta la fecha desearían que terminara. Alguna vez hasta traté de imaginarle uno "a gusto del cliente", pero después deseché la idea porque no me parecía honesto. Si todo lo que escribí desde el comienzo era real, me parecía una estafa acabarla como ficción. Esta historia acabará pienso yo, con lo que tenga que ocurrirle necesariamente a sus protagonistas, sea esto bueno o malo. Creo que esa es la gracia del asunto ¿no?

Sin embargo, no hace mucho adelantaste que Diego te había confesado que por fin tenía enamorada. Eso podría ser parte del final quizás...
Sí, soy pésimo para guardarme lo que se viene. Debí quedarme callado, pero no sé... el hecho de que él haya conseguido enamorada, novia o lo que fuese, no significa que la historia entre Diego y quien habla necesariamente haya terminado. Quizás esto sea el principio del fin, o el comienzo de algo nuevo... no lo sé, creo que por ese lado nada está dicho aún.

Entonces, aún guardas esperanzas de que ocurra algo entre ustedes dos más adelante...
Pucha, me agarraste. Todo este tiempo he sido lo más objetivo posible y obviamente, sería idiota que a mis años, siga con esperanzas de adolescente, esperando alguna remota posibilidad de que ocurra finalmente algo entre Diego y yo. Pueda que ocurra, pueda que no, eso no lo sé. Pero también lo conozco a él. Y sé cómo se maneja ante determinadas circunstancias. No quiero adelantar nada, salvo que, como todo en ésta vida, nada está dicho por completo, ni mucho menos es absoluto. Y lo dejo ahí, punto.