lunes, 7 de noviembre de 2005

Otra Vez

Hasta que por fin se decidió y regresó. Luego de meses en tensa espera, este domingo 6, pasadas aproximadamente unas horas del mediodía, me sorprendió enterarme de su retorno a través de la red.

Para nadie es un secreto que este regreso era un deseo largamente acariciado por quien escribe, aunque muchos lo considerasen desde una inútil pérdida de tiempo hasta una grandísima aberración. Mas no puedo evitar reconocer que esta reaparición me tomó como un baldazo de agua fría, sobre todo por la forma cómo tiempo atrás decidió desaparecer y mantener un perfil bajo (por no decir inexistente) quizás de manera temporal, quizás permanente.

Pero no, no me refiero al personaje de la semana Alberto Fujimori y su sorpresivo retorno a la palestra pública, sino a nada más ni nada menos que al mismísimo Diego, quien sorpresivamente decidió poner punto final al lúgubre aislamiento al que me tuvo acostumbrado por más de cuatro meses y por fin se atrevió a dirigirme la palabra (previa desbloqueada de su messenger, seguramente) tratando de iniciar una conversación con un tema que sabía muy bien concitaría mi interés.

"¿Vas a ir al Matsuri?" fue su ingenua pregunta.

Carajo, un cúmulo de ideas me cruzaron por la cabeza cuando de pronto lo vi tratando de querer conversarme desde su ventana, sobre todo porque en un último mail suyo, aclaraba muy bien que lo más preferible para ambos era dejar de depender sicológicamente el uno del otro, que el haberle dicho que me gustaba lo había frikeado al punto de sentir cierta repugnancia, mucho miedo y que por tanto lo mejor era permanecer alejados el uno del otro, sin visos siquiera de asumir esta decisión como algo temporal o definitivo.

En ese instante pensé -como la mayoría de muchos seguramente- que esa preguntita suya, luego de tanto tiempo se debía definitivamente al descarte. Obvio, "si me dice que va, no voy" o viceversa. Bueno pues, la cosa fue verdaderamente tan sorpresiva que ni siquiera se me ocurrió responder con un "buenas tardes" o "cómo has estado". Putamadre, algo que estuve esperando un huevo de tiempo... y no sabía cómo coño responder, qué mierda decir o cómo carajo actuar para no salir mal parado de la situación.

Al obtener de mí como respuesta cierta indiferencia sobre el tema, no le quedó otra cosa que agregar que por su parte, él sí asistiría. Y no sólo eso, sino que hasta se había atrevido a invitar a algunos amigos de su universidad y que por ello muy gentilmente hacía de mi conocimiento que si casualmente él y yo nos cruzábamos en esta fiesta...

"Sí, ya sé... seguramente 'sí te vi no te conozco' ¿no?"

Nada más alejado de la verdad. Al menos en ese momento Diego trató de ofrecerme la rama de olivo, sugiriéndo que de darse el caso, me una su grupo si es que nos cruzábamos esa noche (¡!).

No sé por qué, pero en ese momento no me pareció muy honesta tal proposición. ¿Cómo podía fiarme de alguien que meses atrás había confesado tenerme miedo, hasta asco... y que ahora, de buenas a primeras sugería que nos volviéramos a encontrar como si nada hubiera pasado? ¿Qué mierda estaba pasando? La verdad todo era algo confuso para mí. ¿Es que acaso se puede cambiar de sentimientos y actitudes tan de la noche a la mañana?

"La verdad estoy pensando en retomar las cosas a como eran antes" fue su respuesta, antes de que yo continuara especulando con respecto a su actitud.

Mierda, eso significaba muchas cosas. Muchas más dudas sobre todo de mi parte respecto a lo que estaba sucediendo realmente. ¿Que si todo el país estaba en ese mismo momento sorprendido por las últimas noticias sobre la llegada de Fujimori a Santiago de Chile? ¿Y a quién le importaba? Diego había decidido comenzar de cero, hacer de lado traumas, ideas y qué se yo qué otras cosas que habrán deambulado por su cabeza en estos últimos meses.

La cosa no era tan simple la verdad. Esto no puede compararse para nada con una relación straight en la que uno de los dos es rechazado por el otro y que después de todo continúan siendo amigos como si nada. No sé si me dejo entender. ¿Es posible "reiniciar" una amistad con Diego, sobretodo luego de haberle declarado tan "temerariamente" de que me gustaba? ¿Sabrá él acaso el riesgo que realmente asume con esta actitud, o es que sencillamente ha optado por el "borrón y cuenta nueva"? ¿No podría ser acaso que se haga el de la "vista gorda" e interiormente él sienta también que...?

¡Jesucristo! Este sí que es un espinoso tema. Escapa de toda lógica e idea que ya me había hecho estos últimos meses. En el sentido común de ambos o en alguna otra parte, debería de estar escrito que Diego ya no volviera a aparecer en mi vida, por lo menos en dos o tres años más; sin embargo él está ahora, aquí, sorprendentemente como si nada... y tratando de sobrellevar (¿o salvar?) una amistad que la verdad ya no tengo idea de lo que es en realidad.

Sinceramente, tampoco quiero arruinar esto, aunque con ello me trague las dudas que tengo al respecto, como por ejemplo qué opina del hecho de que me atraiga alguien como él, qué cosas siente verdaderamente por mí luego de este confuso episodio, qué lo empujó a retomar nuestra peculiar relación, saber si me extrañó con la misma intensidad que yo... o quizás lo más importante, si el asco y miedo que alguna vez declaró sentir por mí se esfumaron cuando descubrió que yo era tan igual que él.

La verdad, me quedo corto en mis divagaciones. Por lo pronto les puedo adelantar que ese mismo domingo en la tarde y luego de nueve largos meses... por fin nos vimos las caras nuevamente.

Ya habrá tiempo y espacio para hablar (o mejor dicho, escribir) al respecto... eso espero.

3 comentarios:

Imoq dijo...

¡Mauricio!

Ahora sí me quedé totalmente sorprendido y en ascuas.

Vete con pies de plomo, amigo, pero no dejes de contarnos qué sucede.

Qué nervios, qué nervios.

Abrazos.

Gays Peruanos dijo...

manten la calma, no dejes que tu corazon se desboque demasiado, si todo parece que va por buen camino, supongo que aun con el miedo que ello implica, habra que arriesgarse.

supongo que con todo lo vivido ya habras madurado, no?, digo, al menos tendras mas cancha para enfrentar lo que viene, sea bueno o malo

no nos defraudes, te queremos!

Ramiego dijo...

Imoq

Mi muy buen amigo Alex, creo que cada post mío no se encontraría completo si no leo por ahí algún mensaje tuyo alentándome a seguir adelante.

Tu interés en este blog sinceramente me halaga muchísimo. Voy a tener muy en cuenta tus sugerencias, aunque como bien dicen, muchas veces el tiempo es un cruel tirano y nos impide continuar escribiendo como queremos.

Tengo muchas cosas en el tintero aún (y no precisamente del mismo "tema") y espero poder volcarlo aquí en los próximos días.

Espero sigas en contacto, y nos seguimos leyendo.

PinkPollo

Tienes razón, la calma es fundamental en casos como estos. Puede sonar algo desfasado comentar esto ahora, pero es cierto: tal parece que llevando las cosas cuidadosamente y a su ritmo natural, puede llevarnos muy lejos.

Acertadísimo tú, como siempre... y nuevamente, gracias por la atención.