miércoles, 7 de setiembre de 2005

Daría El Alma Por Saber Qué Piensas

Me odio por lo que voy a escribir ahora, pero no lo puedo evitar.

La lógica, la razón, el sentido común... TODO me dice que lo más inteligente es seguir adelante y dar vuelta a la página, pero sencillamente no lo puedo aplicar.

Han pasado más de diez semanas (doce para ser exactos) y no sé absolutamente nada de Diego. Doce semanas en que mi mente ha vagado en un sinfín de especulaciones, arribó a mil conclusiones, anheló otras tantas soluciones... pero nada. Y la verdad, he actuado de forma tan minimal al respecto de lo que en realidad me hubiese gustado hacer. Durante todo este tiempo sólo atiné a enviarle un par de mails concisos, pero sin llegar al consabido empalago que pudiese causarle ahora algún mensaje mío. En uno de ellos, en cortas líneas le presenté mis sinceras disculpas si acaso mis últimas declaraciones pudiesen haberle causado algún daño y puntualizando que para nada deseaba perder su amistad.

Sabía en aquella oportunidad que arriesgaba el todo por el todo. Y la verdad, me encontraba preparado para lo que fuere. Poco más de un mes que se había desatado la bomba (ver los últimos párrafos del post "I Want You"). Alguna vez, no hace mucho tiempo, recibí una llamada suya espetándome por ese entonces -y ante unas circunstancias algo diferentes a las actuales- que "no lo buscara más y que lo dejase en paz". Que los estudios y sabrá Dios qué otras cosas más lo mantendrían muy ocupado y que mi obsesión por él comenzaban a serle algo preocupante. Hoy por hoy, me esperaba tarde o temprano alguna respuesta similar. Una llamada o un mail que manifestara cómo se sentía. Y de antemano comprendía que de hacerlo, no sería de la mejor manera, más que probable que hiciese uso de su acostumbrado hablar algo soez y que muy concisamente destacaría con un "vete a la mierda y no me jodas más".

Sin embargo, nada de eso ocurrió. Sencillamente, no contestó.

Por aquel entonces, cada vez que me conectaba a la red, me volvía un manojo de nervios al imaginar que en cualquier momento encontraría alguna respuesta de Diego. O que a lo mejor lo encontraría en el messenger y con la peor respuesta que pudiera recibir de su parte: que me olvide para siempre de él, que me odia y aborrece con toda el alma y que fui lo peor que pudo sucederle en la vida. Mis temores en aquellos días eran abrumadoramente fundados, sobre todo porque de alguna forma conozco su forma de actuar y podía percibir que no me equivocaba.

Pero no, ninguna respuesta suya.

Pasaron pues los días, llegando así a los dos meses de estar incomunicados. Aún me moría de nervios cada vez que me conectaba a la web, pues no perdía las esperanzas de que a lo mejor fuese él quien ahora se manifestase. Por lógica debió hacerlo... aunque sea con cualquier estupidez. Pero algo, algún mensaje suyo, saber qué diantres estaba haciendo. Si estaba bien o por el contrario si la estaba pasando mal, si lo que le dije lo afectó terriblemente o si sencillamente hizo todo a un lado y continuó con su vida de lo más normal. Pero igual, seguía sin recibir respuesta alguna de su parte.

Siempre odié el Hi-5. Más que odiarlo, me parece un absurdo desperdicio de tiempo. Y cuando saqué el mío, no lo hice por seguir una moda, o porque no tenía nada que hacer, ni mucho menos por curioso. Un día, el buen Diego me envió una invitación para sacar mi perfil de participante. Y todo hubiese quedado allí nomás, de no ser porque en aquel entonces fue él quien me pidió que le publicara un testimonial.

Con el perdón de quienes opinen lo contrario, pero cada día que pasa me convenzo mucho más de que todo lo que se publica en un testimonial de esos, son palabras que trascenderán única y exclusivamente en la pantalla del computador y nada más. Que del 100% de tipos que te agregan o publican palabras bonitas sobre ti, diciendo cosas como que nunca te olvidarán, que eres la mejor persona del planeta, que no quieren perderte por nada del mundo y otras leseras más, acaso habrá que tomar en serio a menos del 10% que escribe tanta tarugada junta. Sin embargo eso poco importó a Diego y con todo, me instó a que publicase un mensaje para él.

Me consuela en algo la idea que a la fecha, todavía conserve mi mensaje en sus testimoniales, pero tampoco como para alegrarme mucho. Pueda que no sepa cómo funciona del todo la basura del Hi-5 y no sepa cómo eliminarlo. Pueda que le convenga coleccionar más mensajes que hablen a su favor. Pueda que sencillamente halla olvidado que alguna vez le escribí cosas que en ese momento me salían del corazón. O pueda sencillamente que no le importe lo que alguna vez le escribí allí y que lo mismo le da conservar ese puto testimonial que eliminarlo. Como ven, hay varias probabilidades... sabrá Dios cuál será la correcta.

Cuando hace unos días visité su Hi-5, buscando lo que fue mi añejo testimonial, me di con la sorpresa de encontrar (como nunca) nuevas imágenes suyas. En todas ellas acompañado de sus compañeros de la universidad. En parte fue grato verlo en fotos actualizadas (recuérdese que no lo he vuelto a encontrar personalmente desde finales de febrero de este año), al menos se le veía feliz en cada una de las nuevas imágenes que había colocado. Sin embargo me apenó que en ninguna de ellas se encontrase alguna foto juntos, él y yo. Aunque suene egoísta, necio o hasta ridículo escribirlo, pero la verdad encarar tal realidad me deprimió profundamente.

La tristeza me invadía una vez más (como ya es costumbre en estos últimos meses) cada vez que revisaba mi correo personal y charlaba con mis contactos (cada vez más ocupados y/o alejados como para saber cómo están). Pero todo eso me importaba poco, pues el email que me hubiese gustado recibir, o el único contacto que me hubiese alegrado ver en línea y que restableciese mi alma al cuerpo con solo saludarme aunque sea por unos minutos, sencillamente nunca volvió a aparecer.

Haciendo entonces uso de un escuálido valor, un buen día me armé de él y tembloroso como un párvulo en su primer día de clases, me animé a mandarle un mensaje de texto a su celular. Ni disculpas, ni pedidos, ni nada. Apenas una corta frase salida de una canción como para que sobreentendiera de quién provenía el mensaje. Obvio, no lograba nada extraordinario con hacer eso, pero más pudo el deseo de comunicarme con él aunque sea de esa forma, antes de volver a intentar enviar un mail sin la certeza de saber que al menos se tomaría la molestia de abrirlo, mucho menos de leerlo de principio a fin.

El mensaje de texto era claro: a pesar del tiempo y la distancia, no lo había olvidado.

El resultado fue el mismo: su tan efectivamente dolorosa indiferencia.

Cierto, mentiría si dijese que paso todo el tiempo pensando en él (aunque a muchos les cueste creerlo). Realizo mis actividades cotidianas, trato de concentrar mi mente en muchas cosas que no me lo recuerden y algunas veces lo consigo. Pero cuando me atrapa la melancolía nocturna justo antes de irme a la cama, de pronto me envuelve la maldita incertidumbre de saber qué cosa estará haciendo él, si pensará en mí siquiera en algún momento, o si a lo mejor está esperando de mí la palabra adecuada como para que se digne a responderme algún día. La verdad, me cuesta entender que una magnifica relación tan simbiótica como la que sostuvimos Diego y yo en algún momento, de pronto la mande al tacho por la estúpida intransigencia suya de no querer manifestarse en lo absoluto. Y lo que es peor, sin siquiera haber permitido defenderme de todas las monstruosas ideas que seguramente esté pensando sobre mí. De verdad me cuesta creer, me cuesta entender, me cuesta esperar... sólo sé que lo único claro es que él ha llegado a formar una parte importante de mi vida. Que es especial para mí, quizás lo mejor que me haya ocurrido en la vida, y hasta mucho más importante que haberlo tenido como pareja, pues si bien nunca llegamos a serlo, nuestra química dependiente fue única. Fue mi alegría de estar vivo, la sonrisa que nunca antes había dibujado en mi rostro, la satisfacción de sentirme maravillosamente complementado, el sobrecargado orgasmo platónico de solo verlo y tenerlo tan cerca mío, el afortunado cariño de recibir tan privilegiadas confianzas de su parte, negadas al común de los mortales. ¿Fuiste así solo conmigo, querido Diego? ¿Te comportaste así sólo por mí? Y fuere como fuere, luego de tanto deleite ¿es justo que ahora reciba únicamente tu indiferencia? ¿Cambiarás tu actitud para conmigo en algún momento? Dime por Dios, qué tengo que hacer para acabar con el martirio de no tenerte cerca, o por lo menos de no saber alguna noticia tuya.

13 comentarios:

Isabella dijo...

Mauricio, creo que a todos nos ha pasado en algùn momento, o casi a todos. Que nos enamoramos de alguien que no puede correspondernos como quisieramos por miles de motivos. Sé que la incertidumbre no se te irà con estas palabras, pero si con tiempo.

Me auno a la peticiòn de Jade de que trates de olvidarlo y asì recibiràs limpio y sin lastres al nuevo "Diego" que vendrà.

Ramiego dijo...

Estimado LuisJade:

Agradezco tus palabras. De corazón, muchisimas gracias por el ánimo transmitido y el tiempo que te has tomado en atenderme. De verdad y sinceramente te deseo lo mejor para tí también.

Querida Isabelilla:

Comprendo perfectamente lo que me quieres decir, pero la verdad dudo mucho encontrar "otro" Diego. Quizás halle mejores o incluso peores... pero como él, la verdad lo dudo mucho.

Antonino Paraggi dijo...

De eso trata, estimado Mauricio pase la pagina que debe haber una lista de espera que no deja entrar en su vida, esto es un medio consejo por que ultimadamente no se que sea lo mejor para tí, en todo caso todo tiene su proceso y su tiempo pero tambien depende de uno decir ok ya estuvo bueno!
saludotes!

Pablillous dijo...

me uno a los comentarios anteriores
da vuelta la pagina..y ve lo que viene..

gracias por visitar

abrazos

Little Junkie dijo...

Me queda decir ...
Que hay razones ...
Que el corazon no entiende ...

Archiduque Ruidoso dijo...

MMM
Y qué es lo que quieres tú?

Me disculparás pero creeme que he pasado por ello y llega un momento en el que se debería dejar de imaginar tanto y llevar al acto concreto el deseo...

Ve buscalo, dile... de frente...

Eso si sería un atrevimiento...

O almenos tu verdad...

Ruido!

Anónimo dijo...

Ánimo! A veces es difícil olvidar. Eso es lo que te recomiendo que hagas. Te estás gastando la vida esperando (no sé si en vano), chico!

Si quiere algo contigo, pues él vendrá hacia ti. Si no lo hace, es porque no quiere nada. Desde mi punto de vista, si ya te dijo que no quiere verte más, entonces a base de qué te esperanzas? No te lo digo de mala manera, simplemente abre un poco los ojos y date cuenta de que tú vales mucho más. Sal, diviertete, distraete, conoce cosas nuevas y olvidate. La vida avanza, y si te quedas estancado en algo simple, no podrás avanzar a su mismo ritmo.

Saludos.

the random glance dijo...

pasa la página, no mires atrás, siempre viene algo bueno...

XYZ dijo...

El que la sigue la consigue.. pero ya no le ruegues..aveces cuando menos te lo esperas las peronas que pensabas ya se fueron de tu vida.. regresan con una rosa en la mano...(otras veces no)... solo recuerda que de lo malo puedes rescatar cosas buenas.. entra a mi blog... recuerda que tu eres primero.. y que poniendome en tu lugar.. haria lo mismo... y las personas que aman y kieren... jamas se cansan... pero... NO SOLO HAY PASADO.. TAMBIEN HAY FUTURO... ;) suerte!!

Ramiego dijo...

Antonino

Muy optimista tu modo de ver las cosas. De verdad que lo admiro. Más no siempre las cosas son como las pintan, muchas veces esa lista de espera que tú dices, sencillamente no aparece justo cuando más necesitas de ella y muy por el contrario, solo vez a tu alrededor que las cosas siguen viajando a un solo sentido... y no precisamente positivo.

Y en cuanto al proceso, no me queda otra que darte toda la razón. Ojalá en mí caso, este hondo pesar desaparezca cada vez más pronto.

Pablillous

Créeme, cuando tus buenos deseos ocurran, ustedes amigos lectores, serán los primeros en enterarse de que así fue.

Little Junkie

Veo que comprendes muy cercanamente este proceso, mi estimado. En todo caso, gracias por molestarte en leerlo una vez más. Y también por entenderme.

Archiduque

Ganas no me faltan de obrar así, mas la razón me hace ver que esta no sea quizás la forma más adecuada. Si Diego no se ha manifestado todavía, es porque -pienso- que (aún) no está preparado para asumir esta tan extraña realidad para él. Ojalá que pronto se presente la oportunidad para hacer lo mismo que has pensado. De verdad me encantaría. Y me alegró mucho de que alguien por aquí pensara igual que yo, je je je.


Continuará

Ramiego dijo...

Daniel

Curiosamente, no "espero". Quizás lo que más me desespera es la inercia de cómo han estado pasando las cosas en este asunto. Sencillamente vivo mi presente, y bueno... desafortunadamente el presente también se compone de momentos malos o no tan gratos. En todo caso, como tú mismo dices, lo mejor que puedo esperar es que Diego venga hacia mí. Llámame tonto si quieres, pero por alguna extraña razón, tengo el presentimiento que así será.

Chaud Poser

En eso ando amigo, créeme. Pero no siempre es tan fácil...

Kimie

¡¡¡ Ay Kimie...!!! Visitar tu blog me ha encantado de verdad. Me ha traído a la mente tantos recuerdos... ¡¡¡ y también me doy cuenta que aún no tienes 18 años !!!!! (a todo esto ¿por qué será que últimamente tengo harto jale entre la chibolada? je je je). Me encantó tu entusiasmo y también me di un tiempito para leer algunas cositas de tu blog (aún no me actualizo, más que nada por falta de tiempo). Pronto uno de estos días estaré comentándote mi opinión sobre tu bitácora y experiencias, no lo dudes.

Suerte en tus evaluaciones escolares, muchas gracias por tus palabras... y de verdad, me ha encantado que alguien como tú haya caído por este rincón que no precisamente está pasando por su momento más feliz.

Y a todos ustedes, amigos "comentaristas"

Muchas gracias por todas y cada una de sus reconfortantes palabras. De verdad, se los digo con todo el corazón que me están ayudando mucho para salir adelante de todo esto.

Un fuerte abrazo y muy buena suerte para todos ustedes...

Ramiego dijo...

... mas el que perservera alcanza. ¿No?

Anónimo dijo...

Hola
Acabo de descubrir tu blog y lo estoy leyendo muy interesadamente. Creo que a la mayor parte de las personas les cuesta trabajo exponer sus sentimientos y aqui tu haces una buena prueba de honestidad. Te admiro por eso.

Por otro lado creo que no te haces ningun favor dandole tanta atencion a gente que no la merece.
Lo digo con todo conocimiento de causa ya que yo me reconosco en muchos de tus comentarios. Claro que cuando a los 31 anos me pongo a pensar en retrospectiva sobre la gente por la cual he obsesionado a los 5, 7, 10, 12, 14, 17, 19, 20,en fin practicamente en cada ano de mi existencia y me pongo a pesnar donde estan y que insignificantes resultan ser para mi vida me digo, mejor es concentrarme en la gente que si me aprecia y cada vez que hay un energumeno como ese Diego hay que pensar en otra persona que si te aprecie como eres y decir: Diego eres un imbecil y vete a la mierda!!!

En fin un saludo.
Una introduccion sobre mi y mis hobies que son los viajes y la fotografia aqui http://www.trekearth.com/members/rbcy1974/
sino barretodaniel@hotmail.com

Saludos

Daniel