sábado, 3 de setiembre de 2005

La Vida Después De...

Bueno, para los que me conocen, habrán adivinado que aquí me sería difícil no tratar del tema DIEGO. Y para quienes no saben quien es él, pues bueno, resumiendo... fue un amigo cercanamente especial (lo más próximo a una pareja que he tenido en toda mi vida) el cual tuve la oportunidad de tratar aproximadamente por tres años y bueno... hoy por hoy ya no se encuentra a mi lado porque entre otras cosas, tuve la no tan feliz idea de declararle que sentía por él algo más que una particular amistad.

La verdad, no me arrepiento de habérselo dicho. Es más, hasta me parece la idea más sensata que se me ha ocurrido hacer en estos últimos años. Y es que la cosa entre los dos iba cada vez de mal en peor. Ya no podía verlo con la misma frecuencia de antes y en más de una ocasión le hice saber que yo no merecía que me desplazara de esa forma. Pero bueno, él por su parte me soltaba los repetidos pretextos de siempre que impedían se diese un tiempo para atenderme (llámese la universidad, los exámenes, la familia, los amigos...). Y precisamente la razón fundamental que me empujó a expresarle mis más sinceros sentimientos fue esa: de que me encontraba harto que me relegara a un segundo plano, sobre todo porque a mí nunca se me hubiese ocurrido hacerle lo mismo. Más aún desde el momento en que me di cuenta que para mí, Diego era alguien muy, pero muy especial.

Pero bueno, ya habrá espacio de sobra para tratar ese tema (vía El Futuro Se Fue, obviamente). Lo que me importaba acotar aquí es que, luego de tres años de haber vivido una atormentada relación amical-platónica-no-correspondida pues resulta difícil ver la vida de manera optimista, diferente y sobre todo, de levantarse luego de la caída como si nada hubiese pasado. Cierto, jode la idea de saber que muy probablemente (con énfasis en el MUY) a Diego ya no vuelva a verlo jamás, o que a lo mejor él me odie con todas sus fuerzas por el sólo hecho de "haberlo engañado durante todo este tiempo", o qué sé yo... La verdad no tengo la menor idea de lo que puede estar pensando él de mí en estos momentos (y si es que acaso esté pensando en mí también). Pero lo más previsible es que ya no me quiera ver nunca más. Y bueno, hay que hacerse la idea tarde o temprano de que las cosas pueden resultar así. Y ni modo, pase lo que pase, hay que seguir adelante.

No hace mucho, a raíz de estos tristes acontecimientos, se me dio por buscar la forma de sacármelo de la cabeza. Y que mejor que buscando a otra persona que ayude a olvidar al ingrato éste, pero... o soy muy quedado para estos menesteres o no tengo mucha suerte para esos casos, más lo cierto es que hasta el momento no encontré (vía contacto personal) a alguien siquiera minúsculamente interesante como para considerar, o por lo menos tratar de entablar una amistad en la cual pueda compartirse intereses comunes o por lo menos algo de comprensión. A lo mucho he podido encontrar -y sin mucho esfuerzo- lo que casi siempre está a la vuelta de la esquina: sexo sin compromiso. Y la verdad, no soy muy partidario de esas cosas (muy al margen de la cuestión del SIDA y otras enfermedades), sobre todo porque a la larga esta alternativa te deja una sensación de vacío y desdicha mucho peor que por la que te encontrabas antes.

Lo bueno de este tipo de encuentros -al menos para mí- es que te hacen ver de una manera clara y contundente que para nada son la solución a tus problemas. Y muy por el contrario pueden hasta complicarte más las cosas. Pueda que me anime a contar en los próximos días lo que me ocurrió no hace mucho con un tipo con el cual decidí salir y ver qué pasaba... y si bien es cierto que durante buena parte de nuestro encuentro la pasamos bien, después me di cuenta que este tipo de cosas a lo "choque y fuga" no son para mí. Para nada.

Por lo pronto, hoy hablé por teléfono con un amigo especial, el cual no he tenido la oportunidad de volver a ver desde su último cumpleaños en mayo de este año. Tenemos la suerte de llevarnos muy bien (sí, en el plano íntimo también). Y para serles franco, me siento de lo más tranquilo y relajado estando a su lado. Ojalá nomás que con él las cosas no se pospongan como en otras tantas ocasiones (y que luego me dejaban tan empinchado al punto de haberlo mandado a la mierda por sus tan frecuentes desplantes).

Lo necesito, sé que debo verlo. Ojalá él sienta lo mismo y la pasemos bien mañana domingo. Deséenme suerte.

2 comentarios:

Pablillous dijo...

me encanto leerte. y muy honrado que me hayas distinguido con un link, en la nueva etapa de tu blog


abrazotes

Ramiego dijo...

Figúrate tú Pablo, qué ocurrencia...

Más bien, aprovecho para hacer el deslinde respectivo. El funcionamiento de este blog es independiente a "El Futuro Se Fue", que -Dios mediante- todavía siga dándome abasto para atender.

Aunque, para que se hagan una idea... como que los posteos por allá serán con una frecuencia digamos más "espaciada" de tiempo. Y mientras esperan una nueva entrega, bien pueden hojear por acá un rato...

Práctico ¿no? Je je je...