lunes, 31 de julio de 2006

Borderline


Mentira,
que lo bueno algún día se acaba
es mentira.
Que el adiós es volver a nacer
es mentira.
Que tus ojos se olvidan,
que la fe es como un barco
tirado en la orilla,
juro que es mentira.

"Mentira"
- Gilberto Santa Rosa


Habían pasado exactamente siete días desde la última vez que supe algo de Diego. Siete días desde aquella tarde en que él mismo se encargó de comunicarme su inefable noticia. Y la verdad, hasta ese momento, no sabía cómo diantres reaccionar. ¿Debería de sentirme acaso furibundo? ¿Exigirle explicaciones? ¿Buscarle para hablar frente a frente sobre el tema? La verdad, nada de ello me nacía, pero... lamentablemente tampoco podía sentirme tranquilo e impasible -aún así hubiese querido-, como si nada hubiese ocurrido.

Mas, ¿por qué debería de sentirme sorprendido o inquieto ante esta situación? ¿Acaso desde la primera vez que lo conocí, Diego no cesaba de repetir su absurda letanía de "querer conseguir flaca" a como dé lugar, de que estaba cansado de estar solo, mientras "todos" sus amigos contaban tener amigas o enamoradas con quienes pasar el rato, exhibiéndolas como trofeo de guerra ante la tribu? Aún recordaba que una de sus primeras llamadas a mi casa, obedecía a la sencilla razón de comunicarme lo solo e impotente que se sentía, al notar en ese mismo momento, desde la ventana de su habitación, a varias parejitas en románticas situaciones, dando vueltas por su calle y entristeciendo una vez más sus grises días.

"No lo tomes a mal, tú eres un pata de putamadre, pero... no es lo mismo que estar con una flaca pues", me dijo alguna vez. ¿Cómo carajo podía decir eso, si jamás antes había estado con alguna? ¿Cómo podía llegar a semejante conclusión él, si yo a mis años ya había conocido más de una horrenda traición perpetrada por el mal llamado sexo débil? ¿Cómo podía Diego desear tan ilusamente estar con alguna chica, si por otro lado, cada día que pasaba, yo no dejaba de enterarme de hartos casos de parejitas que conocí muy de cerca y que terminaban su relación de lo más mal, por diversos problemas que enfrentaban (en su mayoría, causados más por "ella" que por "él")? Por otro lado, es cierto que hace mucho tiempo renuncié a la idea de probar siquiera salir con alguna chica, pero aún así... de haber existido ese remotísimo deseo o posibilidad en mí, y ante tanta experiencia negativa desfilando ante mis ojos durante estos últimos años, pues no me entusiasmaba nadita la idea de querer conseguir novia, enamorada, agarre, pantalla, finta o lo que fuere. Toco madera y Dios me libre por el resto de mi existencia.

Lamentablemente, Diego nunca lo entendió así. Ya sea por ignorancia, vehemencia adolescente o por pura curiosidad, siempre tuvo fija la idea de conseguir enamorada de una forma u otra. A pesar de que estos últimos meses, ya había terminado yo por comprender, que entre los dos quizás jamás existiría algo más que una simple y curiosa amistad. Amistad que por momentos presentaba ciertos visos y expresiones netamente gays, bajo manifiestos y conversaciones poco usuales entre dos muchachos que admiten ser simplemente amigos cercanos, pero de ahí nada más. Sin embargo, a pesar de estos antecedentes, jamás hubo intención por parte suya de querer cambiar las cosas. Así de pronto, estos últimos meses la suerte de ambos hubiera dado un giro sorpresivamente positivo, luego de confesarle torpemente parte de mis sentimientos, el año que pasó.

"Si fueras una flaca, las cosas serían diferentes", me respondió entre risas nerviosas en aquella ocasión. Como si el hecho de ser tan varón como él, fuese alguna dificultad o impedimento para cultivar un sentimiento tan noble hacia alguien tan especial y diferente. Precisamente meses atrás, él me había confesado que "sospechaba" que algo así estaba ocurriendo conmigo. Bueno, yo tampoco me había esmerado mucho en ocultarlo pero... ¿por qué entonces no cumplió con su promesa de no querer volver a verme nunca más, de no querer seguir siendo una "dependencia psicológica" el uno para con el otro, de desaparecer de mi vida y poder así "crecer como personas"? ¿Por qué tomar este episodio como si nunca hubiera ocurrido? ¿Por qué pasar por alto algo tan serio y alimentar (¿involuntariamente?) mis esperanzas una vez más?

Quizás el complicado en todo esto siempre fui yo. Quizás sencillamente Diego tomó tal situación a la ligera y me vio siempre como el "buen amigo" con quien pasar el rato, hasta encontrar "alguien" mejor. Aunque luego de aquel bochornoso incidente de mi declaración (y que al poco tiempo justifiqué estúpidamente como "producto de una mente confundida"), sus palabras me seguían sonando por momentos tímidas, por momentos con una convicción plena en lo que sentía, como de quien no tiene nada que ocultar de ahora en adelante (¿no se supone que quién debería de sentirse "liberado" -por llamarlo de alguna forma-, después de todo, sería yo y no él?). ¿Qué se supone que debe responderme el amigo, al que meses atrás le confesé que me gusta? ¿Es natural acaso, que me responda cosas como que para él "soy un enviado del cielo", y "que a mi lado se siente como realmente es en realidad, sin necesidad de aparentar algo que no es?" ¿Son esas respuestas apropiadas, en contextos como estos? Al respecto, todo esto seguía (y sigue) siendo muy confuso para mí, la verdad.

Debo confesar que siempre quise ser yo el primero que le diera una noticia como ésta a Diego. De pronto y luego de una de nuestras tantas discusiones, a las semanas comunicarle ansiosamente al seco, de frente y sin anestesia, que estaba saliendo con alguien. Y sobre todo, un buen día que se dignase a llamarme por teléfono para solicitar vernos, responderle con todo el desparpajo del mundo que sencillamente eso no podía ser, porque el tiempo que pasaba con mi pareja no me daba abasto para atender otra de sus niñerías. En parte, algo así ocurrió cuando un año atrás salí con el maduro y delicioso Vicente, pero... ¿con qué tino podría decirle a Diego, que yo estaba saliendo con un tipo treinta años mayor, que bien podía ser mi padre? Y aparte de ello, aún así se lo hubiese querido contar -con toda la malicia y revancha del mundo-, era imposible hacérselo saber, pues en ese mismo momento estábamos algo distanciados por una que otra desavenencia, de esas que siempre nos han separado al uno del otro durante estos últimos cuatro años. Además -quizás lo más importante- ¿cómo podía decirle así de plano, que estaba saliendo CON OTRO HOMBRE? Hubiese sido harto complicado de mi parte -aparte de negligente- jugar con ese tema. Digamos que él no aceptaría de buenas a primeras el hecho de que yo estuviera saliendo con otro varón, imagino que por su chata comprensión que tiene sobre ciertas cosas de la vida. Además... ¿de qué me hubiese servido tratar de celarle con algo así? Capaz hasta lo hubiese traumado. O peor aún; de enterarse, a lo mejor le hubiese dado lo mismo.

Ya comenté anteriormente que lo ocurrido entre Vicente y yo, no pasó de ser una fugaz (pero riquísima) relación de amantes. Cuestión de dos meses, más o menos... nada de qué jactarse o presumir ante los demás, así hubiera sido ante Diego. Pero como por ese entonces, habían pasado varios meses desde la última vez que nos vimos, le comenté escuetamente por correo que estaba saliendo con alguien, pero que lamentablemente la relación no había resultado como esperaba. Diego supuso erróneamente, que de quien yo hablaba se trataba de alguna chica, y digamos que por "desidia", dejé que así lo creyera. Y contra lo que esperaba, en ningún momento sentí algo de celos de su parte. Mi sosa estratagema no había dado los resultados que esperaba, aunque afortunadamente, la táctica del "corazón desvalido" después de una dolorosa ruptura, había sorteado victoriosamente la barrera que nos había distanciado por varios meses, uniéndonos muy fuertemente una vez más.

Curiosamente, la última vez que nos vimos las caras en lo que va del año, Diego escuchó -de boca de un tercero- un comentario que interpretó algo así como que yo estaría saliendo con una nueva tipa. En ese preciso momento, como sana curiosidad supongo, me preguntó si efectivamente eso era verdad. La escena me pareció graciosamente halagadora, así que inteligentemente le respondí que eso se lo comentaría más tarde, cuando estuviésemos en un lugar lo suficientemente adecuado y privado para contárselo. Se trató de una muletilla, un recurso que respondí sin pensar ni darle importancia, aparte de que dudaba mucho que, a estas alturas del partido, Diego siguiera pensando que me aún me interesaban las chicas, tanto como para salir con alguna. Y lo que es peor, que no le compartiera a él tamaña exclusiva. Lo más sorprendente es que, a las dos o tres horas de aquel incidente, nuevamente insistió en saber de quién se trataba la susodicha con quien supuestamente me encontraba saliendo. ¿Celos a la vista, acaso?

Me encantó que tal idea lo intrigase y le carcomiese el cerebro (si es que alguna vez fue así, claro). Pero no me parecía justo que precisamente en ese momento que nos llevábamos tan, pero tan bien, surgiese de pronto la sombra de una duda que amenazara nuestra perfecta felicidad. Le aclaré que la tipa no existía, que todo se trataba de una broma, un malentendido o algo así. Aunque no estoy seguro si también le dije que los asuntos de mi vida privada no me gusta comentárselos mucho (por varias y comprensibles razones que no vienen al caso acotar ahora). Con todo, hasta hace cinco meses atrás, todo parecía indicar que entre Diego y yo, no había nada que pudiese separarnos de ahora en adelante. ¿Qué más podía suceder, si al parecer lo peor ya había pasado? Si Diego sutilmente había reconocido y aceptado mis sentimientos hacia él; si a pesar de estos reveses que pudiese ocasionar este asunto, seguía insistiéndome que las cosas entre los dos no habían cambiado; si seguía regalándome sus mejores palabras para expresar el significado de mi presencia en su vida; si hasta yo mismo le había confiado –no con poca presunción- que todas las dificultades que nuestra "relación" había sorteado triunfalmente estos últimos cuatro años, habían servido para unirnos mucho más, y que de ahora en adelante era prácticamente imposible que nuevamente algo nos volviera a separar...

Bien dicen que no se debe cantar victoria antes de tiempo. ¿Verdad?


* * *



A siete días de sentirme tan extraño por la declaración de Diego, no podía estar tan conforme. Obvio de que no podía hacer nada. Es más, ni pensaba hacerlo siquiera, pero... igual me sentía inquieto, no podía estar tan tranquilo en mi casa, cruzado de brazos, como si nada, mientras imaginaba que lo que Diego podría estar haciendo en ese preciso momento... y yo tan lejos, sin tener un sólo amigo a quien comentarle este dilema. Y para colmo de males, tampoco tenía otra ocupación en qué distraer mi mente -¡malditas vacaciones!-, y evitar así de pensar en el susodicho una y otra vez. De pronto me asaltaban imágenes suyas, junto a la tipa con quien decía estar, caminando por ahí, de la mano, abrazados, besándose. Cosechando inmerecidamente la tipa ésa, todos los frutos que me costaron cuatro años de duro esfuerzo y sacrificio el sembrar, cultivar y cuidar. Me sentía pues, después de todo, enormemente vejado y sobre todo, atormentado.

Ante tales circunstancias, no podía sentirme tranquilo. Así que salí de casa, rumbo a conectarme a internet, para saber qué novedades. Sobre todo enterarme si por lo menos Diego se había dignado a escribirme algún correo e informarme -¡lo que fuera!- sobre esta penosa situación. Quizás todo se trataba de una sucia argucia de su parte para hacerme sentir mal, luego de la última discusión que tuvimos meses atrás (conjetura que no tomé muy en cuenta, por ser algo disparatada, pero en fin). A lo mejor me habría escrito para pactar alguna probable cita y explicarme más detalladamente de qué se trataba todo esto, o qué se yo. Mi cabeza no dejaba de bombardearme un torbellino de ideas locas sobre lo que pudiese estar sucediendo con todo esto. También sabía que no era el mejor de los remedios indagar más sobre el tema, pero mi exacerbación pudo más. Y decidido a aclarar este punto, me conecté una vez más a la red.

Cuando entré al messenger, recordé la última indicación de Diego, siete días atrás: "...cambié de correo, porque el otro parece que me lo hackearon... te doy el nuevo..." En aquel momento, no me interesó pedírselo pues me parecía que ya no tenía sentido seguir buscando alguna comunicación con él; por tanto, no lo agregué a mi lista de contactos. A su vez, al conectarme, el sistema no me notificó anuncio alguno sobre un "nuevo" contacto que me hubiese agregado a su lista, o que me solicitara una petición de agregarlo a la mía. No me sorprendió, la verdad. Si estos últimos cuatro meses Diego no se había tomado la molestia de enviarme un puto mail comunicándome de su cambio de correo (descortesía que raya en lo grosero, valgan verdades), ¿por qué entonces tendría que hacerlo ahora, si precisamente sus últimas palabras fueron "cualquier cosa, un fonazo..."? Es decir, que muy despectivamente me indicaba que si quería buscar algún contacto con él, entonces debería ser yo quien tomase la iniciativa de llamarle por teléfono (¿por qué no podía hacerlo él, digo yo? ¿Por qué no despedirse con alguna otra frase diplomáticamente correcta, como "cualquier cosa nos estamos comunicando", "te llamo uno de estos días", un simple "hablamos", o algo por el estilo?). ¿Era esto acaso parte un sutil y diabólico plan de provocación, de alguna revancha o desquite acaso? Mi mente no dejaba de especular mil y un argumentos, que desafortunadamente poco ayudaban a alcanzar mi sosiego.

Tan ensimismado estaba en estos pensamientos, cuando de pronto y sin anunciarse, una ventanita apareció en mi pantalla, con un amistoso saludo.

- Hey

Era él. No sé cómo su nuevo correo se había agregado a mi lista de contactos sin notificármelo (pues de haberlo hecho, obvio que le hubiese denegado el acceso), pero ahí estaba. Justo aquel, a quien estaba -y a su vez "no estaba"- esperando.

- Hola señor -volvió a escribir-.
- Holas, qué tal. Justo te iba a mandar un mensaje de texto, fíjate tú.

Era cierto, minutos atrás estaba conversándole someramente a uno de mis esporádicos contactos del messenger (sin tanto detalle, obviamente), que me encontraba algo frikeado por esta situación. La amiga en cuestión, acababa de aconsejarme que lo mejor para mi "ex-pareja y yo" era que nos volviéramos a ver personalmente, para aclarar de alguna forma las cosas. Y a los pocos minutos, Diego había entrado al Messenger, en el preciso momento que estaba dispuesto a enviarle un mensaje de texto a su celular (no tengo dignidad ¿verdad?).

- ¿Cómo estás? ¿Bien? -pregunté.
- Si. Mi celu está cagado, ya cumplió su añejo uso sin cagarse...
- Ja ja ja... o sea, hubiera sido en balde... bueno, ya estás acá...

Me sentía nervioso. Una vez más, mi corazón me martilleaba el pecho terriblemente. Como casi todas las veces en que Diego y yo conversamos por la red, en determinadas -y hasta críticas- situaciones.

- Te iba a pasar la voz para, bueno... cuando tengas time antes de volver a clases... para salir un toque y charlar –escribí.
- Ah ya, normal. Tal vez la siguiente semana...

"Tal vez". Esa indisposición no auguraba nada bueno.

- ... pero el lunes, porque tengo que salir con mi flaquita

Segunda vez que nos volvíamos a comunicar luego de cinco largos meses, y segunda vez que me menciona a la tipa. Me sentí hecho mierda.

- Como quieras... por mí no hay problema -respondí con cierta indiferencia.
- Ok muchacho, oye ¿y qué novelas?

"Nada, que gracias a ti, una vez más me siento deprimido hasta el carajo. Y para colmo, pareciera que te place hacerme sentir así", fue lo primero que se me cruzo por la cabeza.

- ¿Cómo te fue en el semestre? ¿Pasaste todos tus cursos? -preguntó.
- No tuve problemas la verdad. Veo que tú sí, pero ya me contaste que los superaste...
- Sí, ya los pasé... me faltaba un 15 para aprobar con el susti... alucina, 15. Cholo, la mayor nota que me he sacado en exámenes teóricos desde que ingresé a la universidad.

No se me hizo para nada difícil creer semejante revelación, respondiéndole al momento con un escueto "vaya, me alegra saberlo". Sin embargo, no quería desaprovechar la oportunidad de asegurarme que las cosas entre los dos se encontraban libres de alguna oscura y pasada rencilla, que trocase el rumbo de nuestra "amistad".

- Oye, antes que me olvide... espero que no haya paltas por la discusión de la última vez, ¿no?

Con absoluta ligereza, respondió "Ah, no", para luego cambiar bruscamente de tema, para mi sorpresa.

- Oye franco, dime tú, señor comunicador... para ser paint, esta bien ¿no?

Acto seguido, me envió por el messenger una foto suya, torpemente retocada con el paintbrush de windows.

- Por lo menos, déjame saber que no soy un fracaso en mis inicios de edición digital... estoy hueveando básicamente... ja ja ja ja...

Examiné la imagen. No me pareció prudente comentar lo que me parecía su trabajo, aparte de que sentí que había cosas mucho más importantes que tratar en este valioso momento.

- ¿Puedo decirte algo, hermano? -me atreví a comentar-. Todo este tiempo te he echado de menos bastante... créeme... me juré no volver a discutir contigo, pero pucha... ya vez... espero en todo caso disculpes la estupidez.

Esperé entonces alguna reconfortante respuesta de su parte.

- Así es la vida hombre, ya fue... más bien cholo, qué tal... cuánto me pones de nota ¿11 o 10,5? Ja ja ja ja ja...

¡Mierda! A este tipo le estaba abriendo mi corazón, luego de haber discutido fuertemente meses atrás. ¡Me estaba poniendo virtualmente de hinojos ante él... y me manda al desvío para que opine sobre una estúpida foto suya retocada con absurdos y mal hechos garabatos de colores! ¡Carajo, ya voy recordando por qué paro discutiendo con este huevas!

- No soy bueno poniendo notas -contesté de una buena vez, para llevar la fiesta en paz.
- Je je je je... y como te decía, lo de hace un tiempo ya fue... no hay que darle vueltas al asunto...
- Pues no sé... a veces pienso que he sido duro contigo, que te he querido complicar con mis rollos...
- Ya no importa, ya no te preocupes, ya fue...

Algo me decía que, efectivamente, una vez más, "ya fue".

- Hago muchas idioteces, ¿sabes? Y lo peor es que las hago a las personas que quiero o estimo mucho... y puta, me siento dolido después, por haberle hecho daño a esa gente... ¿entiendes? -continué disculpándome.
- Sí, lo entiendo... como te digo, debes de ver hacia adelante.
- Lo sé, es sólo que... me siento hecho una mierda... si supieras todas las cosas que planeé en mi vida, y como casi todas terminaron por irse al carajo... si tuviese unos cuantos años menos, quizás podría ver las cosas más optimistamente...
- Ya hombre, ya déjate de torturar... no te quedes encerrado en tus recuerdos, ése era mi error antes, si ya la cagaste, la cagaste... pero mira hacia delante, la vida sigue...
- No hay una puta cosa que pueda decir "carajo, esto me salió, esto lo hice y salió bien"... no hay...

"Como por ejemplo, alguna vez haberme fijado en alguien como tú", pensé.

- Por eso, si quieres hacer eso, o sea mira el futuro y pucha… intenta revindicarte. -respondió él.
- No lo sé, no es fácil.
- ¿Y quién dijo que lo era?
- En tu asiento es fácil ver las cosas... tú tienes todo... edad, familia... ¡todo! Nadie te ha negado nada... a mí ahora, en cambio... solo veo cosas negativas a mi alrededor... fui un hijo de p... varias veces que te he tratado mal, que te he jodido, que te he traumado...
- Traumado no tanto, pero si odiado... pero ya hombre, olvídate...

¡Con qué facilidad este muchacho usa la palabra "odio" a veces! Me sorprendía cada vez que la empleaba, pero... ¡un momento! ¿Me ha odiado? ¿Quizás tanto… como dice aquel vals, "que tan sólo se odia lo querido"?

- ¿Me has odiado? -pregunté esperanzado.
- Eso no, pero si me has llegado al pincho, si tendría que ser honesto.

Lástima que estas expresiones sólo queden en imágenes virtuales. Me hubiese encantado que literalmente, esa respuesta suya se hubiese concretado en realidad alguna vez.

- Ja ja ja... te lo preguntaba porque odiar es algo fuerte… o sea, la gente odia cuando le hacen algo bien feo, cuando le ofenden, cuando le hieren en su amor propio y tal... -aclaré.

Me encantaba imaginar haber perturbado los pensamientos de Diego alguna vez. Ello significaba -muy ilusamente, es verdad- que mi presencia debería de significar algo muy fuerte en su vida, y que no mentía para nada cuando alguna vez me confesó lo importante que había llegado a ser para él. De alguna forma entonces, traté de hacerle sentir reconfortado, soltándole una frase tan honesta como cursi, esfumando así cualquier vestigio de rencilla entre ambos.

- En todo caso, me alegra verte feliz y realizado, de haber cumplido lo que querías... de verdad. Creo que eres el único pata, de todos los que tengo, al que le diría esto de una forma tan honesta, ya sea en persona, en messenger o en mail. Y es que lo que te hace feliz a ti, me hace feliz a mí también.

¡Coño! ¿Qué me inspira a escribirle estas chorradas?

- Gracias cholo... han pasado tantas cosas en estos últimos días, en todo este tiempo... en buena hora que todo tranquilo... la vida no ha cambiado mucho...

Sin embargo para mí, desafortunadamente todo parecía indicar lo contrario.

- Yo la verdad, no he pasado por tantas novedades, de ahí que no tenga mucho que contar... estoy asistiendo a mi preparación para confirmarme en diciembre...
- Qué chévere... así que es en diciembre la historia... ¿y hay dinámicas y todo eso?
- Sí, pero por momentos me siento extraño allí... hoy más noche tenía un tono de unos compañeros de la facultad... pero la verdad no sé si ir, no me entusiasma tanto ir allá...
- Pero anda un toque, aunque sea para divertirte un rato...

¡Divertirme...! Huevas de mierda. A estas alturas ¿no sabes que los mejores momentos de alegría que he tenido durante estos últimos años, han sido los que he compartido contigo? ¿No recuerdas acaso tantos buenos y gratísimos momentos, juntos tú y yo? ¿Por qué coño ahora no te entusiasma insistirme como antes, de vernos de acá a un par de horas, en el lugar de siempre, para que me ofrezcas ese delicioso abrazo de oso que hace tanto que no disfruto? ¿No lo sabes acaso? ¿O eres tan feliz con la tipeja ésa de quien tanto te ufanas -que a Dios gracias, no se te ha ocurrido volver a mencionarme más de ella-, que ya no te interesa volver a salir conmigo? ¿Me estás evadiendo acaso? ¿Te estás vengando por el mal rato que te hice pasar hace unos meses? ¡Divertirme...! Su puta indolencia, me hundía al fondo de un sombrío y helado océano durante esta conversación, que perdía el sentido cada vez más.

- No es mi estilo, nunca he sido de ir a fiestas. Soy un ser solitario por naturaleza...

"Ahora más que nunca", hubiese agregado verazmente.

- Bueno, pero de todos modos, deberías socializar un poco más con la gente.
- En ese sentido no soy como tú, nunca me he desesperado por ir a una fiesta...
- Ah, bueno...

Ese deseo insano de Diego de querer figurar en un grupo y socializar con cada pelmazo de persona, era algo que nunca pude comprender. Parecía que jamás se daba su lugar, arriesgándose una y otra vez en perseguir al "grupito" de chicos y chicas, tratando de convertirse en el alma de la fiesta, a costa de que los muy bellacos se burlasen de él y le diesen más de una patada en el culo por su tan ingenua osadía. Y ni hablar de las ocasiones en que las tipejas ésas por quienes se "interesaba", no se quedaban atrás y le jugaban otras perradas similares. Y que por causa de todo ello, Dieguito no tardara en buscar alivio y protección en Don Cojudo -¿quién más, si no?- que lo esperaba casi siempre con los brazos abiertos. Y encima, con entrega a domicilio. Patético, ¿verdad?

No resistí la tentación y de una forma, se lo hice ver:

- Nunca he entendido esa vehemencia tuya de ir a como dé lugar a una fiesta de la universidad, o algo por el estilo. Yo a tu edad, jamás me comporté así... en fin.
- Ya bueno, cada uno con su rollo.

Al rato, Diego cambió de tema, pues al parecer tenía otra cosa más que decirme:

- No sé si te lo comenté, pero me compre mi mp4 vía internet.

Sí, lo recuerdo. Me presumiste que entre tus últimas adquisiciones, producto de la propinita que te dejan en casa, te compraste un aparatito de esos. Y no sólo eso, sino que también me alardeaste en ese mismo momento -como si de un juguete nuevo se tratase-, de que también tenías enamorada. Curioso que ambas "cosas" me las exhibas al mismo nivel, ¿verdad?

- Yo quisiera a mediano plazo, irme a vivir solo... o bueno, intentar si me sale algo escribiendo en un diario y ver qué tal... -respondí con reacio interés ante tal novedad suya.
- Franco, me comentaste que de repente harías algo en un periódico importante...
- Eso fue hace tiempo... ¿sufres acaso de lagunas mentales? ja ja ja ja... veamos que pasa el otro semestre. Si de algo hay que defenderse en la vida, y si más adelante alguien quiera pagarme por las cosas que escribo, pues ¿por que no intentarlo?
- Está bien pues... más bien, me gustaría que empezaras a ver alguna otra seriecilla, de aquellas que te presté la última vez...

¡Cómo olvidarlo! La última discusión que tuvimos se debía entre otras cosas, a la sencilla razón de que al niño se le había ocurrido prestarme unos devedés (que nunca se las pedí, aclarando, por ser de justicia), que a las tres semanas me estaba cargoseando para que se las devuelva, como si estuviese enfrentándose a un vil cabeceador más, de los tantos que le habrán hecho esa malsana jugada seguramente. Sentí una enorme decepción que tuviese ese concepto de mí, al punto que a la tercera insufrible insistencia suya, me obligó a dejar sus benditos adefesios en la puerta de su casa y en manos de su empleada, pues no quería volver a cruzármelo cara a cara, luego de tan bochornoso incidente.

Al poco rato, no pude evitar la tentación de mostrarle una foto mía, capturada hace unos días con una webcam.

- Ésa ponla en tu Hi-5 -respondió.

Vaya, tal parece que no anda muy enterado que hace ya varios meses eliminé definitivamente mi perfil de Hi-5. Y por lo visto, a diferencia de otros tiempos, Diego ya no chequeaba las novedades que solía subir yo en aquella página. Por lo menos, no se molestó en preguntar sobre el por qué mi profile de aquella web ya no existía más.

- No pongo fotos mías en el Hi-5, no me gusta hacer eso... aunque debo reconocer que ésta imagen que me saqué hace unos días, no está tan mal...
- ¿Ves? No seas tonto, ponla en tu Hi-5.
- No. No es mi estilo el Hi-5, lo sabes.
- Ok.
- A ti sí te encanta eso, ¿no?
- Ja ja ja ja... sí pues.
- Qué tal fascinación...
- Ja ja... cada loco con lo suyo... más bien voy fugando, hablamos tío... cuidate y saludos... ya estaremos hablando...
- Oye, entonces llamas ¿no?
- Sí, vamos a ver, espérate... voy a arreglar mis cosas esta semana...
- Ok, como digas.
- Bye


* * *


Días después de esta conversación, analicé más concienzudamente la situación. Y la verdad, no estaba seguro de poder resistir verlo cara a cara, como si nada hubiera pasado… cuando realmente era todo lo contrario. Imaginé lo doloroso que sería encontrármelo personalmente, y que una vez más, se gaste en detallarme todo lo que le había ocurrido estos últimos meses. Y sobre todo, de conocer más acerca de aquella muchacha sin nombre, que a partir de ahora gozaba de todas las atenciones y afectos de este adolescente de quien alguna vez me sentí intensamente atraído. Del único hombre en toda mi vida, a quien tuve el coraje de confesar mis sentimientos, sin tapujos ni vergüenza alguna. De la única persona en este mundo que puede jactarse de haber recibido mis mejores y muy sinceras atenciones, durante estos últimos cuatro años.

Admitir que estaba derrotado, que lo había perdido, que las cosas a lo mejor jamás volverían a ser igual, era algo que tarde o temprano tendría que aprender a sobrellevar. Pero seguir a su lado, continuar siendo su confidente, y que me siga compartiendo cuán feliz es hoy al lado de otra persona... a costa de mi infelicidad y desdicha, era algo que muy cobardemente ya no podría resistir más. Y por ello, cuatro o cinco días después de esta conversación, y presagiando quizás que una vez más Diego acabe "haciendo promesas que sabemos que no hay que cumplir" (tal y como reza una de sus canciones favoritas de Fangoria), bloqueé y eliminé a Diego de mi lista de contactos, tratando así de encontrar la solución a todos mis males.

Y hasta hoy, último día de este triste mes, el teléfono de casa nunca recibió llamada alguna, ni correo suyo a mi bandeja de entrada. Algo que desafortunadamente, no me sorprende la verdad.

32 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo leí todo. En un inicio creí que terminaría tu historia con la realización de tus más grandes deseos, pero a medida que conocía más a este Diego gracias a tu relato, me di cuenta que es poco probable que sea homosexual o vaya a responder como quisieras. No te sientas mal, duele, pero eres un chico muy bueno y sensible y recibirás lo que te mereces. Tiempo al tiempo?

UN anonimo

nohequ dijo...

De la canción de Gilberto Santa Rosa es lo {unico en lo que estoy de acuerdo: Mentira,
que lo bueno algún día se acaba
es mentira

nohequ dijo...

Cuando alguien es importante para uno, siete días son una eternidad, hasta un minuto sin esa persona es una eternidad

nohequ dijo...

La soledad... muchas veces senti lo mismo de Diego. Recuerdo que uno de los días en que ese sentimiento de soledad fue más fuerte, fue el día de las velitas de 2004... que dia tan horrible ver a parejas y parejas en ese parque y por lo menos él te podía llamar... yo no tenia a quien

nohequ dijo...

No juzges a Diego. Yo tambien a pesar de que toda mi vida estuve con gays no cesaba de anhelar que llegara una muchachita que me moviera el piso y no siempre tuviera que ser un hombre... y después de 14 años llego.... así que las mujeres son tenaces pero tambien hay homosexuales... que dejame decirte... mi ultima pareja me dejo porque no tenia dinero... es el Conde de Xalamina http://camilocardona.blogspot.com

nohequ dijo...

HAY HOMBRES QUE EXPERIMENTAN SENSACIONES HOMOSXUALES POR SOLEDAD Y PORQUE NO SON DE BUENAS PARA LAS MUJERES PERO EN EL FONDO A PESAR DE QUE SE LLEGUEN A ACOSTAR CON HOMBRES O TENER RELACIONES SENTIMENTALES... SI ÉL TIENE ESE DESEO DE CONCOER A UNA CHICA ES PORQUE PROBABLEMENTE NO ES GAY DE VERDAD....


""""Lamentablemente, Diego nunca lo entendió así. Ya sea por ignorancia, vehemencia adolescente o por pura curiosidad, siempre tuvo fija la idea de conseguir enamorada de una forma u otra. A pesar de que estos últimos meses, ya había terminado yo por comprender, que entre los dos quizás jamás existiría algo más que una simple y curiosa amistad""""

nohequ dijo...

(""Si fueras una flaca, las cosas serían diferentes") ¿SABES? Muchas veces lo pense cuando estaba con ciertos hombres y me sentia bien pero faltaba un no sé qué.... y una vez se lo dije a una pareja que tenía.... Tal vez para ti sea dificil entenderlo porque eres homosexual en verdad, pero como te dije anteriormente hay hombres que tienen experiencias homosexuales ya sea afectivas o sexuales sin que sean gays... sólo cuando se solcuiona lo que los llevo a eso es que dejan de practicarlo

nohequ dijo...

""sencillamente Diego tomó tal situación a la ligera y me vio siempre como el "buen amigo""... DIEGO ES UN HOMBRE CONFUNDIDO... LO ENTIENDO PLENAMENTE Y QUISIERA TRADUCIRTE TAL VEZ LO QUE ÉL SIENTE PERO NO PUEDO

nohequ dijo...

((((¿Qué se supone que se le debe responder al amigo que meses antes, te confesó que le gustas?)))) SI TE LO DIJO, CREESELO PERO IGUAL ENTIENDE QUE NO ES FÁCIL PARA MUCHOS EL SABER QUE NO SIENTEN LO QUE QUISIERAN SENTIR... TAL VEZ ÉL VEÍA EN TI A ESA PERSONA CON LA QUE SE SENTIA BIEN...PERO A LA VEZ SABER QUE NO ERES DEL TODO LO QUE ÉL BUSCA

nohequ dijo...

Mauro de tu parte que no lo hubieras querido celar con Vicente

nohequ dijo...

pero riquísima) relación de amantes

¿SI ERA TAN RICA POR QUÉ TERMINASTE CON ÉL?

nohequ dijo...

supuso erróneamente, que de quien yo hablaba se trataba de alguna chica

OSEA QUE ÉL NO SABE DE TUS ORIENTACIONES CLARAMENTE?

nohequ dijo...

de celos de su parte

A VECES POR ORGULLO SE CALLAN

nohequ dijo...

¿Celos a la vista, acaso?

COMO DIRIA EL CHAVO ESO, ESO.... O ESTAS EN LO CIERTO

nohequ dijo...

Bien dicen que no se debe cantar victoria antes de tiempo. ¿Verdad?

UNA VEZ MÁS TIENES LA RAZÓN... AUNQUE MUCHAS VECES LA VICTORIA CANTADA ES MENOS MEJOR QUE LA DERROTA ACEPTADA

nohequ dijo...

BUEN ANÁLISIS... LAS PALBRAS MUCHAS VECES NOS DICEN QUE NOS ESPERA CON CIERTA PERSONA.... SON MENSAJES SUBLIMINALES SUELTOS AL AIRE


Es decir, que muy despectivamente me indicaba que si quería buscar algún contacto con él, entonces debería ser yo quien tomase la iniciativa de llamarle por teléfono (¿por qué no podía hacerlo él, digo yo? ¿Por qué no despedirse con alguna otra frase diplomáticamente correcta, como "cualquier cosa nos estamos comunicando", "te llamo uno de estos días", un simple "hablamos", o algo por el estilo?).

nohequ dijo...

una ventanita apareció en mi pantalla

Y TÚ ARMANDOTE LAS SEVERAS PELICULAS... DIEGO TE EXTRAÑABA

nohequ dijo...

(no tengo dignidad ¿verdad?).

NO LO LLAMEMOS DIGNIDAD... LLAMEMOSLO INTERES... Y SI LO TIENES

"- ... pero el lunes, porque tengo que salir con mi flaquita"

ESO DUELE... AUNQUE CUANTO QUISIERA HABER TENIDO COMO COMPETENCIA A UNA MUJER Y NO A UN HOMBRE

nohequ dijo...

Esperé entonces alguna reconfortante respuesta de su parte.

QUE HORRIBLE HERMANO... LO ENTIENDO... SÉ QUE A VECES PASA Y ES INMUNDO... PERO DE SEGURO ESE PELAO SI LE DOLIA TENETE LEJOS...

nohequ dijo...

"que tan sólo se odia lo querido"?

SI HAY UNA CLASE DE ODIO ASI

nohequ dijo...

Que horrible hablar con alguien a quien a gritos quieres decirle que lo amas pero te toca tratarlo como un simple amigo. Que horrible es decir un te quiero cuando uno quisiera dar un beso y secuestrar opor un momento su cuerpo para amarrarlo con besos... te entiendo

nohequ dijo...

MP4 que machera.... cuanto quisiera uno

nohequ dijo...

Hi-5

NUNCA he sabido como funciona ese programa

nohequ dijo...

aquella web ya no existía más.


ESO SI QUE ES DESALENTADOR

nohequ dijo...

¿adolescente?

nohequ dijo...

Que triste termina esta historia... como que parece ser de esas que empiezan con fuego y terminan con cenizas... pero el fuego puede volver a prenderse así la leña sea diferente... animo


Y hasta hoy, último día de este triste mes, el teléfono de casa nunca recibió llamada alguno, ni correo suyo a mi bandeja de entrada. Algo que desafortunadamente, no me sorprende la verdad.

Ramiego dijo...

Mi estimado Rapsoda:

De verdad que me he sentido muy halagado con tus respuestas e interés a este último post que escribí. He tomado en consideración todas las generosas acotaciones que has comentado, y pienso que es justo responderte algunas:

1.- DIEGO ES UN HOMBRE CONFUNDIDO... LO ENTIENDO PLENAMENTE Y QUISIERA TRADUCIRTE TAL VEZ LO QUE ÉL SIENTE PERO NO PUEDO

De acuerdo plenamente. Quizás también él sienta esa impotencia tuya al no poder "traducir" lo que siente. Será por eso que a la fecha, no dice "esta boca es mía".

2.- SI TE LO DIJO, CREESELO PERO IGUAL ENTIENDE QUE NO ES FÁCIL PARA MUCHOS EL SABER QUE NO SIENTEN LO QUE QUISIERAN SENTIR... TAL VEZ ÉL VEÍA EN TI A ESA PERSONA CON LA QUE SE SENTIA BIEN...PERO A LA VEZ SABER QUE NO ERES DEL TODO LO QUE ÉL BUSCA

Creo que aquí hubo un lamentable error de mi parte. Lo que quise decir en ese confuso parrafo fue de que, al poco tiempo de confesarle a Diego lo que YO sentía por él, días despues me soltó esos comentarios algo "fuera de lo común", como confesarme eso de que seguía creyendo que yo era un enviado del cielo para su vida y que cuando salíamos juntos, se sentía tan liberado que no veía la necesidad de "fingir" o adoptar poses que no lo hacían sentirse honesto consigo mismo (cosa que me halaga muchísimo, dicho sea de paso). Ahora bien, a qué se refería exactamente al decirme eso, pues la verdad que aún no lo sé del todo. Pero curioso que me lo dijera eso alguna vez, ¿verdad?

3.- ¿SI ERA TAN RICA POR QUÉ TERMINASTE CON ÉL?

¿Por qué terminé con Vicente? Mejor pregunta por qué Vicente terminó conmigo... ja ja ja. La verdad, fue él quien decidió poner punto final a todo. ¿La razón? algo que no termino de comprender. Digamos en todo caso, que se trató de un "desgaste" de su parte al no encontrar más emoción de continuar juntos.

Ramiego dijo...

4.- OSEA QUE ÉL NO SABE DE TUS ORIENTACIONES CLARAMENTE?

¿Sabes que esa pregunta no te la puedo responder? Es decir, qué cosa piensa de mí al respecto, pues... bueno, una vez le dije a Diego que me gustaba como hombre, él se sintió confundido, con repugnancia de que yo le haya confesado eso, se alejó de mí con clara intención de no querer volver a verme nunca más, pero tiempo después volvimos a conectarnos por messenger, suponiendo ambos que lo que había ocurrido "aquella vez" se trató de un malentendido (cosa que a su vez, colaboré estupidamente en hacerle creer, al decirle que en ese momento mi mente se encontraba "algo" confundida)

5.- COMO DIRIA EL CHAVO ESO, ESO.... O ESTAS EN LO CIERTO

Yo también he pensado en lo mismo. El chico sentía celos.

6.- BUEN ANÁLISIS... LAS PALBRAS MUCHAS VECES NOS DICEN QUE NOS ESPERA CON CIERTA PERSONA.... SON MENSAJES SUBLIMINALES SUELTOS AL AIRE

Lo que no entiendo es: si no siente la necesidad de llamarme o buscarme, entonces ¿por qué sí hablarme por el messenger? Y lo que es peor ¿por qué comentarme esas cosas sobre su "flaquita", como si a mí me interesara saberlo? ¿No sería más sabio entonces, dejarme en paz, o por lo menos, por cordura, no mencionarme a la susodicha?

7.- ESO SI QUE ES DESALENTADOR

Lo del Hi-5 me tiene sin cuidado. Nunca me gustó la idea de tener uno. Lamenté sí, que Diego no notase que el mío ya lo eliminé varios meses atrás y que ni siquiera lo haya notado.

8.- ¿adolescente?

A propósito del tema, te envío el adelanto de una "entrevista" que me realizaron hace unos días, sobre Diego:


¿No temes que un día Diego lea en tu web lo que escribes, sobre su relación contigo o sobre otras cosas propias de tu intimidad?
He sido siempre muy explícito cuando escribo que entre Diego y yo, para bien o para mal, jamás ha existido (ni existirá seguramente) más allá que una simple amistad. Además, él no es muy amigo de la lectura, así que dudo mucho que un día se tome el trabajo de leer por completo siquiera uno de mis post.. A lo mejor si le pongo dibujitos o figuritas, termine por interesarse... ja ja ja.

A todo esto, ¿qué edad tiene Diego en la vida real?
Anda por los veinte, nos llevamos diez años de diferencia. Aunque a veces su edad mental no vaya a la par con la biológica.

¿No te parece entonces algo "abusivo" de tu parte obstinarse por alguien tan menor?
Ja ja ja... eso mismo me digo yo a veces. En toda mi vida jamás me había fijado o alucinado siquiera en tener algo con un tipo medianamente menor que yo. Peor si la diferencia de edades sobrepasara más allá de cinco años, pero ya vez... el hombre propone pero Dios es quien dispone.



Muchas gracias por tu atención amigo Rapsoda, y nos seguimos leyendo.

Anónimo dijo...

Vaya análisis. Pero de verdad será este el fin???
Afortunadamente me queda la retrospectiva para seguir leyendo. Ánimo.

Josega
:)

Ramiego dijo...

Josega:

Como dirían en España: "Qué bien se ven los toros desde la barrera" ¿verdad?

Ojalá que las cosas acaben de la mejor forma para todos, sinceramente.

Anónimo dijo...

Siempre me sorprendo de lo que escribes, y de lo mucho que escribes ademas! y despues dicen que yo escribo muy largo cada vez!

saludos

e

Anónimo dijo...

.

Uf... No sé... No entiendo a este chico.

Creo que este blog debería llamarse, en lugar de "Un día es un día", algo así como "Todos los días por él".

No te atormentes más, por favor. Olvídalo, sácalo de tu vida, invierte tus energías en encontrar a alguien que de verdad desee amarte y, sobre todo, que merezca tu amor.

Estoy seguro de que habrá otros muchos Diegos receptivos a ser colmados de tu amor y cariño.

Un beso y cuídate.